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Entrevista / DANIEL NOGUERA / músico y GESTOR CULTURAL

"Que un festival deje de existir implica un fracaso para la cultura"

"Que un festival deje de existir  implica un fracaso para la cultura"
Foto: cortesía: Daniel Noguera
04 de noviembre de 2017 - 00:00 - Redacción Cultura

Entre los stands de la Primera Feria del Libro de Macas destaca una muestra discográfica. Daniel Noguera organiza el Festival Ecológico de Arte y Música UpanoFest desde hace 11 años y exhibe discos de bandas como Johnny Íñiguez o Bajo Sueños. El evento –que se desarrolla en carnaval– ha puesto sobre su escenario a 107 grupos nacionales y 3 extranjeros, y tuvo un récord de asistencia en febrero pasado, cuando convocó a 3.000 personas.

Este año se produjo un disco con la marca del encuentro musical, que incluye obras inéditas de 18 agrupaciones, entre las cuales están Los Zuchos del Vado, Los Tronajeros y La Machaka. El festival tiene como bandera la defensa ecológica del río Upano y se financia en un 80% con recursos autogestionados, más incentivos estatales. El restante  (20%)  proviene de entidades y marcas de Morona Santiago.

El mentor del evento con vocación ambiental responde las preguntas de este Diario en medio del calor de su ciudad amazónica.

La naturaleza conforma el imaginario del festival...

El río Upano es un emblema de la ciudad. Nace del volcán Sangay, cruza Macas hasta Sucúa y, por mantenerse libre de contaminación, alberga flora y fauna silvestre. En su momento fue mal utilizado por gente que se dedicaba a la minería, extraían material pétreo y, como respuesta al daño que se ocasionó, cree un colectivo. Nos metimos a las canteras para devolverle la vida al área natural sembrando pechiche, arrayán y detuvimos el paso de la extracción. Exigimos que nos mostraran papeles en los que conste la normativa que deba seguirse para trabajar ahí. El Municipio de Macas se puso alerta también y la contaminación se frenó. De esa manera creció la idea del festival.

Es medio centenar de personas el que interviene en cada edición. ¿Qué necesidades tienen?

Desde el noveno año accedimos a un fondo nacional de festivales y eso permitió que despuntemos. Ganamos dos concursos que nos permitieron desarrollar de mejor forma esto, profesionalizándonos. Con el incentivo económico logramos tener el alma del festival, que es el sonido, lo cual en la Amazonía es complicado de conseguir, tanto como traer unos amplificadores Marshall o Rolandu Orange, que escasean acá.

Desde 2015 contratamos sonido de fuera, de Quito y Cuenca, pues así podemos cumplir las exigencias técnicas que presentan las bandas participantes. Sería muy bueno contar con un equipo a largo plazo.

El disco UpanoFest (producido por el colectivo homónimo, en 2017) funciona como una memoria del evento. ¿Cómo fue la selección de las bandas que están ahí?

Para participar en el concierto es necesario que los grupos entreguen su material inédito con la intención de aprovechar la Ley Orgánica de Comunicación: presentamos una producción discográfica a las radios, que la difunden por derecho. En 2016 pedimos a las bandas que nos cedan dos canciones. Tripulación de Osos, Mangrov, Éxtasis, Monkeymun, Pepinos Funk y Son40, de México, nos dieron ese obsequio, por llamarlo de alguna manera, y producimos los discos.

¿Cómo lograste que haya eco del festival en otras ciudades?

Hemos activado la marca en lugares donde se presentan eventos similares. Fuimos a Cuenca y a Quito llevando discos para los productores y gente, y los distribuimos a través de sorteos en redes sociales. Eso nos permite posicionarnos, que las personas conozcan a los grupos que se atreven a venir a la Amazonía y vivir una experiencia en un sitio que siempre va a guardar un espíritu de misterio y aventura.

También autofinanciamos actividades con la venta del disco (cuesta $ 3) y se lo entregamos a músicos o lo vendemos en la calle. El tiraje fue de 500 ejemplares,  dinamizando el registro del festival.

¿Es un mejor escenario para la música alternativa el que esté fuera de las grandes ciudades, como la capital o Guayaquil?

Es una alternativa, aunque Quito está cerca de desarrollar una industria de la música independiente, comercial y ecuatoriana. La capital tiene muchos sitios, usa el espacio público para muestras y conciertos, y eso provoca que las opciones para el arte se amplíen. Pero ocurre que como se presentan los mismos grupos allá, una y otra vez, llega a colapsar la oferta para cierto público que ve una banda, por ejemplo, en un bar y en poco tiempo en un gran escenario. Eso no va a pasar en ciudades como Latacunga o Macas, donde no tienes esos espacios para la música. Aquí hay un mayor interés en tener a artistas presentándose. La gente se motiva en ese sentido y los fans verdaderos se reúnen en lugares alternos, ciudades en las que van a seguir creciendo estas iniciativas.

¿Qué determinó el crecimiento del UpanoFest?

El festival maneja un cartel en el que una banda es internacional. No nos excedemos en los montos con que contamos, nos ajustamos para no perder porque nuestro interés es trabajar haciendo esto interesante. El lugar del festival es un centro cultural del barrio Amazonas, que se convirtió en un sitio emblemático por la historia que guarda. Allí se han presentado 110 bandas. Está cerca de una montaña, parecería un Woodstock criollo. El canchón es cerrado y tiene protección en caso de lluvia; así armamos el equipo técnico, sin exagerar en la gestión. Pasa que muchas veces quienes están detrás de los festivales tratan de poner más y más sonido, pero en nuestro caso ya no hay adónde expandir el audio que traemos y que es adecuado; incluye luces robóticas y pantallas LED.

¿Por qué no han cambiado la sede del festival a un sitio más grande?

Porque implicaría un mayor gasto logístico, trabajar en otro tipo de escenarios para una demanda que está creciendo poco a poco. Hay un presupuesto que determina que usemos el espacio actual. La marca del festival saldría de su espacio si es que una autoridad comprara los derechos o transportara el evento a otra ciudad bajo su responsabilidad. Vamos a postularnos a incentivos. Sabemos que no es fácil ganar los concursos porque hay varias propuestas compitiendo, pero el UpanoFest es una alternativa, lleva más de una década gestándose y que Macas se quede sin este evento sería una suerte de fracaso para la cultura, para las libertades.

¿Han tenido buena respuesta al dejar de lado la gratuidad?

Desde la décimo primera edición (la de este año) cobramos una entrada simbólica, $ 2, que permite tener buenas bandas y solucionar algún gasto, como alimentación y hospedaje de los artistas. Combinamos el arte con el turismo de aventura para dinamizar la economía local. (I)  

El Festival Ecológico de Arte y Música UpanoFest se realiza desde hace 11 años. El evento ha puesto sobre su escenario a 107 grupos nacionales y 3 extranjeros. Foto: cortesía de Daniel Noguera

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