Presentan una Gioconda más antigua
La Mona Lisa Foundation (Suiza) afirma que el retrato exhibido en el Louvre es una nueva versión de aquel original. Creada el año pasado a petición del consorcio propietario del lienzo, la fundación se encarga de probar con evidencia histórica y científica si la “primera versión”, como la llaman (presentada ayer a la prensa en Ginebra), fue también pintada por Leonardo.
La conclusión es que ambas obras fueron creadas en momentos y lugares diferentes para dos mecenas, pero por la misma persona: el genio del Renacimiento.
La “primera versión” era conocida como la Mona Lisa de Isleworth, en referencia al lugar donde residía Hugh Blaker, coleccionista inglés que “la descubrió” poco antes de la Primera Guerra Mundial. Luego fue adquirida por el estadounidense Henry F. Pulitzer, quien la cedió a su amada y a su muerte fue adquirida por un consorcio que la guardó en un banco suizo hasta 2003.
Según la teoría defendida hoy, Da Vinci comenzó a pintar hacia 1503 el retrato de Lisa Gherardini a petición del marido de ella, el marchante de telas florentino Francesco del Giocondo, pero dejó el cuadro a medias porque se vio obligado a abandonar Florencia para instalarse en Milán.
El hecho de que el cuadro esté inconcluso es un argumento usado para defender la autoría de Leonardo, citando una carta del cronista Giorgio Vasari. La Gioconda estaba finalizada en 1517, como afirma otro cronista, Antonio Beatis, que recuerda que fue pagada por Giuliano de Médicis.
La Mona Lisa, admirada por miles de turistas que diariamente la visitan en el Louvre parece claramente “mayor” que la “primera versión”. Esta diferencia de edad es otro de los argumentos para defender la obra, pues, según la fundación, si fuera una copia, quien la plagiara habría copiado exactamente la original.
Igual argumento se esgrime sobre el hecho de que el tamaño del cuadro sea diferente, de que la base de una obra sea el lienzo y la de la otra el nogal, y de que la “versión original” no use la técnica de barnizado de la Gioconda, desarrollada en 1508.
Otra de las razones que esgrime la fundación es que Rafael pintó en 1504, tras visitar a Leonardo en su estudio, a una muchacha en la misma posición que la Gioconda, con un fondo más parecido al de la “versión original” que el que se puede admirar en el Louvre.
La fundación ha contratado a especialistas que aplicaron novedosas técnicas al comparar las dos obras. “No tengo dudas de que son la misma persona, con diez años de diferencia”, afirmó Joe Lumis, forense especializado en imágenes que trabaja con el FBI y que envejeció digitalmente la imagen de la “primera versión”, con el resultado de la cara de la Mona Lisa. La fundación recordó que Leonardo hizo distintas versiones de algunos cuadros, como “La Virgen de las Rocas”.
Las pruebas se han recopilado en un libro de 320 páginas, con el que la fundación defenderá su obra, que no ha sido valorada porque no hay indicios de que el consorcio que la posee quiera venderla.
La fundación asegura que “ama la controversia” y que está abierta a debatir y dejarse rebatir con pruebas si alguien no está de acuerdo con “su descubrimiento”, algo que seguramente sucederá, teniendo en cuenta que el propio Louvre no ha querido pronunciarse al respecto.
Cabe recordar que recientemente, el Louvre amplió la horquilla de años en que la Gioconda habría sido pintada de 1503 a 1519.