Poder, un “verbo” que la prensa no sabe conjugar
La entrega de los Premios Jorge Mantilla Ortega, que desde hace 23 años organiza el grupo editorial El Comercio, se realizó la noche del pasado jueves. Y marcó, en cada intervención y discurso, la pauta de lo que por ahora se considera “periodismo duro” y a la vez fue el reflejo de esa manera de considerar a este oficio como una herramienta en la disputa política.
El evento, realizado en el salón Los Shyris del hotel Hilton Colón, arrancó unos 30 minutos más tarde de la hora establecida oficialmente para su inicio (19:00). Con todo el lujo de rigor, uno de los directivos del diario volvió sobre los trillos de hace casi tres años: “Nos vemos enfrentados a una encrucijada”, afirmó en alusión a la actual Ley de Comunicación ecuatoriana; para destacar a continuación que la cantidad y calidad de los trabajos presentados a concurso en este año eran una demostración de que el periodismo no se paraliza. “El buen periodismo siempre es posible”, concluyó, pero jamás, ni él ni los demás oradores del evento mencionaron lo realizado por el diario público del Ecuador.
EL TELÉGRAFO logró el segundo premio en la categoría entrevista y una mención en el apartado reportajeDe hecho quedó comprobado, una vez más, que en la determinación de los ganadores también pesa ese factor político mediático, ese que lanza mensajes a lo que la prensa privada llama “poder”. Premiar al caso más “sonado” para decir que con eso se construye el “cuarto poder” y desde ahí lanzar consignas de moralismo, para dejar de lado las otras propuestas, de mayor rigor y profundidad, es una muestra de lo que no se dijo esa noche: el periodismo público es capaz de producir investigaciones y respuestas, desde las leyes y lógicas del oficio, a las preguntas que no se hacen ni siquiera los llamados “poderes fácticos”.
Entre los asistentes estaban los editorialistas del matutino quiteño como el banquero Abelardo Pachano, el analista político Jorge León, entre otros. Y también, en primera fila, estuvo el presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Jaime Mantilla, quien también es director del diario HOY, que no ganó ningún reconocimiento en esta edición.
Hubo algo de verdad en lo que dijo el director adjunto de El Comercio, Andrés Hidalgo: que al interior del grupo El Comercio se insiste en los últimos tiempos, en la idea de que “frente a los cambios legales y tecnológicos, las únicas armas válidas para hacer periodismo son ejercer con pasión y precisión la labor”.
Fabián Mosquera y Nelson Silva fueron los periodistas de este diario que lograron galardonesPero frente a eso quedó en el ambiente la pregunta: ¿a qué tipo de poder se refirió uno de los subdirectores de El Comercio cuando dijo que “siempre habrá periodismo que quiera revelar lo que el poder quiera ocultar”, cuando ese diario y otros -por ejemplo- investigaron poco ante la censura de la exhibición del documental La muerte de Jaime Roldós, por parte de un poder económico, que a ese diario lo ha castigado con la pauta publicitaria cuando hizo un reportaje de la clausura de uno de sus cines en la capital?
Tras esta suerte de panel, se procedió a la entrega de los galardones a los comunicadores sociales premiados en la edición 2013 (ver caja de datos), quienes recibieron el trofeo la pluma de oro alternativamente de manos de los cuatro directivos del consorcio presentes en el escenario del salón.
Aunque parecía que el evento concluiría pronto, dada la urgencia de algunos invitados para pasar al cóctel y a los bocaditos, vino el colofón del evento, el moderador Miguel Rivadeneira conversó con las periodistas María Belén Arroyo y Milagros Aguirre; la primera, ganadora en la categoría entrevista por su diálogo con el ex presidente de la República Jamil Mahuad sobre su gobierno y la crisis bancaria para la revista Vistazo. Y la segunda, en representación de los miembros del jurado calificador de este año.
Y entre el público también se comentó después: ¿Qué hubiese preguntado Miguel Rivadeneira a Fabián Mosquera y Nelson Silva (los periodistas de El Telégrafo) si los entrevistaba ante ese público?
Aguirre, quien dejó hace muchos años la empresa El Comercio por varias diferencias, afirmó que resultaba alentador la cantidad y calidad de trabajos presentados para la última edición del certamen Jorge Mantilla Ortega, coincidiendo con quienes le precedieron en el escenario en la posibilidad de hacer periodismo.
Por su parte, Arroyo, quien trabajó como editora de la sección Quito en el rotativo capitalino y laboró posteriormente en el guayaquileño diario El Universo, afirmó que el periodismo es una labor cada vez más demandante de “rigor, exactitud y dudas profesionales y de tipo personal”. Y añadió que el camino existe, pero que pocos lo siguen porque es el más difícil.
Sobre el trabajo que le mereció el reconocimiento este año, la comunicadora sostuvo que se relacionaba con una deuda personal y profesional en cuanto al periodo presidencial de Mahuad y la crisis bancaria de 1999.
DATOS
Juan Carlos Calderón, Iván Flores y Pablo Jaramillo ganaron el primer premio en la categoría reportaje por una serie de notas publicadas en la desaparecida revista Vanguardia sobre el caso Duzac.
Illeana Matamoros por “En el Guasmo sueña Mozart” y Alexis Serrano por “Togro, el alimento que tumbó al dólar”, lograron el segundo y tercer puesto en reportajes.
María Belén Arroyo ganó en la categoría entrevista por su diálogo con Mahuad. Fabián Mosquera (EL TELÉGRAFO) por “Malkovich no sabe decir guatita pero va de Casanova a Freud”, y Santiago Roldós Bucaram por “Arístides Vargas, el arte de la desintegración”, obtuvieron el segundo y tercer puesto en esta categoría. El rubro de periodismo digital fue declarado desierto.