El poder curativo de las plantas es la esencia de la cultura tsáchila
La nacionalidad tsáchila es conocida dentro y fuera de sus fronteras por su conocimiento sobre las plantas medicinales, sus poderes curativos y la sabiduría de los chamanes, denominados “poné” en idioma tsafiqui. Estos sabios han heredado de sus ancestros la práctica de usar las hierbas con efectos curativos.
Convertirse en “poné” es fruto de un riguroso entrenamiento que inicia desde los ocho años y se prolonga hasta la edad adulta. Alejandro Aguavil, de la comuna Los Naranjos, indica que se deben superar “duras pruebas y sacrificios personales”.
Los “poné” o chamanes contactan con los otros mundos y con los oko (espíritus) gracias a la ayahuasca (banisteripsis caapi), denominada “nepi” en tsafiqui. Los espíritus contactados les ayudan a solucionar los desórdenes ocasionados por otros espíritus, directamente o a través de un “poné” distinto.
Miguel Aguavil, de la comuna Otongo Mapalí, comenta que su abuelo José María Aguavil (+) cumplía la tradición de formar “ponela” (‘poné’ en plural).
“Llegar a ser poné es complicado. Las pruebas son duras. No se puede tener mujer, debe estar pendiente de las reglas de la cacería, de la comida; aprender los rituales que había que hacer, pasar dietas rigurosas. Algo bien duro que tenía que hacer es tomar por la boca y meter por la nariz el “taco pogá” o “somba pogá”, que es el agua de tabaco para purificar y dar fuerza, el que no soportaba hasta ahí llegaba y se retiraba”, indica Miguel Aguavil.
En la actualidad quedan pocos “ponela” en las comunas tsáchilas. Uno de ellos es precisamente Alejandro Aguavil, de 60 años.
El hombre se describe a sí mismo como un vegetalista, es decir, se enfoca únicamente en la medicina mediante la combinación de vegetales para preparar ungüentos, aceites y pomadas. “Esta comuna es una de las que tiene más medicinas naturales por nuestro bosque protegido y tenemos los conocimientos que nos han dejado nuestros ancestros”, explica Miguel Aguavil.
Los vegetalistas pueden realizar limpias energéticas, aliviar la gastritis, problemas de hígado, riñones, corazón, enfermedades de la piel, tratar la diabetes y enfermedades de tipo digestivo. Pero en los casos avanzados, de cirugía, ellos no intervienen.
Los tsáchilas clasifican las plantas por raíz, tallo, corteza, lágrimas, leches o resinas, las hojas, frutos y flores. El “Owe japi´tusu” u hoja de chonta es usada para comenzar con la limpieza espiritual y ahuyentar a los malos espíritus, se usa para sanar y purificar el cuerpo.
La etnia tsáchila practica cuatro tipos de rituales, cada uno en su tiempo y espacio: Ritual de sanación, contra las malas energías; Ritual Solar, para la limpieza del organismo y para curaciones físicas; Ritual Lunar, para curación de enfermedades producidas por temporada invernal y Ritual de Buena Suerte, que se realiza al inicio de año en la fiesta del kasama que para la etnia tsáchila es el buen amanecer. (O)