El Plan Nacional del Libro y la Lectura tendrá $ 18 millones para 4 años, pese a que el cálculo inicial —realizado por el equipo que dirige el escritor Édgar Allan García— fue de $ 40 millones.

Los $ 4,5 millones por año aprobados por la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades) se empezarán a ejecutar desde 2018. Según García, también servirán para gestionar la aprobación de una ley del libro que consolide la política editorial del sector.

“Nos ocuparemos incluso de las publicaciones para migrantes; desde los incentivos para que la madre le lea a su hijo aún en el vientre, de la formación de talleres de creación literaria, de guiones y libretos. Todo lo que tiene que ver con la lectoescritura, dentro y fuera del ámbito escolar”, explicó el autor, quien organiza la Feria del libro (FIL) de Quito junto al escritor Antonio Correa Losada.

El Plan de Lectura tiene pendiente hacer un diagnóstico de los hábitos lectores en cada provincia del país.

La coordinación de este plan, presentado en septiembre de 2017, se hace en alianza estratégica con la Cámara Ecuatoriana del Libro.

El año pasado, en la FIL Quito se invirtieron $ 400 mil, pero García considera que “para que una feria realmente tenga penetración a todo nivel se necesitan entre $ 800 mil y $ 1’000.000”.

En el plano editorial, quienes publican en Ecuador hacen un registro de derechos de autor en el IEPI (Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual) y registran el ISBN en la Cámara del Libro.

La primera de estas instituciones se convertirá en el Servicio Nacional de Derechos Intelectuales (Senadi). Esta decisión fue tomada por el presidente Lenín Moreno, mediante Decreto Ejecutivo 356, a inicios de este mes.

A fines de 2021 deberán evaluarse los resultados generales del Plan del libro, con miras a que se establezca una institucionalidad y políticas públicas para el ámbito editorial. (I)