Pilar Flores abre sus bitácoras de color al público
Como si de un laboratorio médico se tratara, la artista Pilar Flores expone sobre mesas perfectamente alineadas y blancas sus bitácoras de color que revelan sus procesos de pintura, así como sus estrategias de enseñanza que siempre están combinadas entre teoría y práctica.
Este recorrido que opera como una instalación da cuenta del acucioso proceso creativo y docente de Pilar Flores, quien en sus bitácoras expone sus posturas estéticas en relación al color.
Para ello, Flores se vale de artistas de diversos tiempos y lugares, culturas precolombinas, obra personal, filosofía, teoría estética y ejercicios de trabajo de sus alumnos del taller de pintura.
De forma pedagógica y con tono pausado, la artista dice que su obra y vida se generan en entrecruzamientos. “En mis exposiciones hay cruces de geografías y tiempos. En Cartografía interior, por ejemplo, presentaba imágenes a partir de textos antiguos de yoga, y los actualizaba en el presente Luego, en Tejido, trabajé con hombres, mujeres y niños de diferentes geografías, rurales y urbanas, quienes iban bordando contactados con su fuerza”.
Antes de acceder a los delicados cuadernillos en los que Pilar ha escrito sus reflexiones, el visitante debe usar guantes blancos para manipular las hojas. Sobre la mesa, que funciona como un mapa ovalado, uno podrá encontrar una larga entrevista que Flores le hace a la artista ecuatoriana Paula Barragán.
También habla de su jardín, de los colores precolombinos, de la investigación artística en Cézanne, del color y el lenguaje en Wittgenstein, del cuerpo y la visión en Merleau-Ponty, del arte y la transformación de Paulo Freire, y trata los postulados de Néstor García Canclini.
Sin embargo, hay un artista que está plenamente presente durante todo este recorrido y que le sirve a Pilar Flores como el mejor ejemplo para conectar sus ideas. Se trata del nonagenario Estuardo Maldonado, uno de los creadores ecuatorianos más experimentales de América Latina, quien exploró en estructuras geométricas, en la coloración del acero o los hipercubos.
Sobre la pulcra mesa se disponen diez bitácoras que pueden ser leídas sin ningún orden en específico. Una de las más llamativas y completas es la que trata sobre sus “estrategias en clase”. En esta uno observa cómo la artista arranca sus reflexiones a partir de un mapa heurístico para abordar la multidimensionalidad.
Pilar Flores relaciona ese mapa con el trabajo de Estuardo Maldonado, cuyas indagaciones, obsesiones, colores y formas se nutren de las culturas precolombinas.
“Empiezo un proceso de amplia observación del color en diferentes culturas y aterrizo en lo precolombino, que la vinculo inmediatamente con Paula Barragán y su obra de los ‘Toctes’, en la que trabaja con pocos colores, los esenciales”.
“Luego abordamos formas orgánicas, en tanto fondo y forma. Y con Estuardo Maldonado aprendemos de la materialidad. De ahí vamos describiendo las posibilidades que el color tiene. Estudiamos armonías, contrastes. Y volvemos a Estuardo y Paula”, dice Pilar, cuyas bitácoras se podrán observar hoy y mañana en el Centro Cultural de la Universidad Católica, en el marco del II Encuentro de Arte, Educación, Interculturalidad, organizado por la carrera de Artes Visuales.
La muestra está curada por Roberto Vega e incluye ejercicios de descomposición del color a partir de autores como Caravaggio, Clara Peeters, Rembrandt, Miguel e Isabel de Santiago, Paul Klee, Claude Monet y el infaltable Paul Cézanne.
De la parte ecuatoriana también están presentes las propuestas de Ana Fernández y Araceli Gilbert. “¿Desde dónde hablo? ¿Cómo articulo los referentes que he escogido? ¿Cómo otros han respondido a las preguntas que me hago hoy?”, son algunas de las interrogantes que la artista va soltando.
Hoy y mañana la muestra estará abierta desde las 10:30 hasta las 12:30. Al lado de este trabajo hay ejercicios inmersivos que enriquecen esta experiencia estética y pedagógica. (I)