“Pescador” es una historia hecha entre camaradas
Estos son días intensos para Sebastián Cordero, director y productor de “Pescador”, y para el equipo de actores que lo acompaña en la promoción de la cinta.
En las oficinas de su productora, el cineasta atiende llamada tras llamada, recibe la visita de varios equipos de prensa y ultima los detalles para el gran estreno de su cuarto largometraje, que se realizará este viernes, en 22 salas del país.
Al mediodía de ayer, en rueda de prensa ofrecida en Cinemark de Quito, luego del preestreno, el director escuchó de la boca de sus actores, sus sensaciones tras la experiencia del rodaje.
Entre risas y bromas continuas, el espíritu de camaradería afloró al puro estilo costeño, pues el único serrano en la mesa era el pintor (y actor debutante) Marcelo Aguirre, sin contar a la coprotagonista, María Cecilia Sánchez, de nacionalidad colombiana.
“A mí lo que menos me gustó de la película fue que esa droga que pusieron ahí no era verdadera”, bromeó Aguirre, luego de aceptar que la experiencia para él fue uno de los mayores retos profesionales que ha asumido, sobre todo reconociendo su condición de no ser actor. Mientras tanto, Crespo dejó que su personaje se rebelara cuando dijo: “yo hubiera querido que la historia acabara distinto: yo me hubiera ido contra esos pelucones quiteños y me hubiera soplado con los paquetes, pero no terminó así la película...”.
Cordero y Crespo obtuvieron, respectivamente, los reconocimientos a mejor director y mejor actor en el Festival de Cine de Guadalajara (México) y en el Festival de Cartagena (Colombia), Crespo ganó el mismo premio revelándose como una figura de la improvisación.
Carlos Valencia, quien interpretó a Ángel en la celebrada cinta “Ratas, ratones y rateros”, relató el proceso de descubrimiento de su personaje en “Pescador”, Fabricio, el chofer omnipresente, el que se encarga de hilar sutilmente las situaciones y el que da la razón a Cordero cuando habla de su versatilidad y de su extraordinaria capacidad de asumir personajes distintos entre sí.
“Es difícil encontrar el personaje cuando no sabes de qué va, cuando no entiendes todavía quién es, pero cuando le dije a Sebastián que para ver al personaje tenía que raparme la cabeza empezó todo, mientras me rapaba la cabeza salía el personaje”, confesó este manabita, quien, también en “Ratas...”, recurrió a su cambio de apariencia pintándose el cabello, lo cual le sirvió, de igual manera, para encontrarse con el personaje.
Lo coloquial en cuanto al manejo del lenguaje que es evidente en la película se reprodujo en la mesa, cuando un periodista le dijo a Crespo que está bien que haya salido “como el peloteado, pero no bagrero”, como halago dedicado a la actriz colombiana, quien luego pidió una explicación al respecto y se encontró con la sui géneris respuesta de Valencia: “O sea, peloteado es como cuando estás chiro”, y Cordero, abonando al razonamiento, le dijo: “Y bagrero es cuando no tienes buenos gustos con las mujeres”, diálogo que fue celebrado con una explosión de risas de los presentes.
A Crespo (Blanquito), un personaje que se hace querer por su ingenuidad, le tocó el turno de tomar el micrófono para confesarle al director que lo mejor que ha vivido ha sido recibir la oferta de actuar para una historia suya, “es que, encontrarse esos paquetes de droga y recibir una propuesta así es prácticamente lo mismo: los dos son como ganarse la lotería”.