Los pensamientos de Saramago sobre el Nobel saldrán a la luz
Veinte años después de la concesión del Nobel de Literatura, las reflexiones del portugués José Saramago durante aquel trepidante 1998 saldrán finalmente a la luz en octubre, cuando se publique su último e inédito diario.
El cuaderno del año del Nobel, que narra su vida en 1998, cuando recibió el prestigioso galardón, se publicará el 8 de octubre en Portugal y tres días más tarde saldrá en español, editado por Alfaguara, que anunció ayer su llegada a las librerías.
La publicación se convierte en un inesperado homenaje en el vigésimo aniversario de la atribución del premio, que llevó un cambio a su vida plasmado con mimo en este diario, conocido ahora gracias a un “hallazgo fortuito”, según la editorial.
Lo cierto es que el propio autor ya había anunciado públicamente que este volumen, que completa la saga Cuadernos de Lanzarote, existiría; lo hizo en la última página del quinto cuaderno, concluido en 2001, pero todos se olvidaron de su existencia.
Así lo admitió en un encuentro con periodistas en Lisboa su viuda, la española Pilar del Río, quien destacó la “perplejidad” de que el propio autor, los editores y ella misma como traductora no se acordasen “nunca más” de ese texto, que ha estado involuntariamente escondido en un viejo ordenador.
“A finales de febrero, buscando en el ordenador una referencia, hice lo que no hice nunca, abrí la carpeta llamada ‘cuadernos’”, contó Del Río, quien vio entonces que, además de los cinco ya publicados, había un sexto archivo que la desconcertó.
“¿Seis? No había cuaderno seis. Yo sabía que había textos, pero que se habían quedado sin organizar. Lo abrí y me encontré con un libro a las dos de la madrugada”, recordó. Así las cosas, el consenso con los editores fue hacer coincidir la publicación con los veinte años del Nobel, toda vez que este diario, el último inédito del portugués, relata las vivencias de aquel 1998 que se convirtió en una vorágine.
El 80% del libro corresponde a notas acabadas, pero el restante espacio está trufado de “notas que tenía para prolongar”, es decir, anotaciones inconclusas. (I)