Película ecuatoriana Alba se proyectará en el MoMA
La ópera prima de la cineasta ecuatoriana Ana Cristina Barragán, Alba, será parte de la muestra Cine latinoamericano: El estado del arte, que se realizará en el MoMA (Museum of Modern Art of New York), del 30 de marzo al 9 de abril.
En un comunicado de prensa, la productora del filme ecuatoriano, Isabella Parra, dijo que “ser parte de una muestra en el MoMA es integrar uno de los espacios más reconocidos del arte contemporáneo mundial y puede abrir puertas a nuevos expositores del cine ecuatoriano. Es la oportunidad de encuentro para nuevos realizadores y circuitos de arte con reconocimiento internacional. Son 7 las obras que se considera representan las nuevas voces del cine iberoamericano; por ello se decidió incluir en la programación a Alba, por estar acorde a su línea editorial’’.
Las otras 6 películas seleccionadas son: Magallanes, de Salvador del Solar; El otro hermano, de Israel Adrián Caetano; Rara, de Pepa San Martín; Dauna. Lo que lleva el río, de Mario Crespo; Un caballo llamado Elefante, de Andrés Waissbluth; y El ciudadano ilustre, de Mariano Cohn y Gastón Duprat.
El recorrido de Alba
Alba, después de haber estado en festivales de tres continentes y haber recibido 15 premios, fue seleccionada entre más de 60 películas iberoamericanas -apoyadas por el programa Ibermedia- para estar en el MoMA. La muestra fue curada por La Frances Hui, curadora del departamento de cine del MoMA.
El filme, estrenado el año pasado, fue una coproducción de tres países: Ecuador, México y Grecia. Entre algunos de los reconocimientos que obtuvo están el Lions Film Award en el Festival Internacional de Cine de Róterdam (Holanda); el de mejor actriz protagónica y mejor película de ficción en el Festival de Cine de las Alturas (Argentina), y el de mejor ópera prima en el Festival de Cine de Lima.
En una crítica de cine publicada en la revista Cartón Piedra, la escritora Daniela Alcívar Bellolio decía que Alba “muestra quizá algo inédito en nuestro cine: la modesta progresión de un destino ordinario. No hay tragedia, apenas pérdida; no hay pobreza extrema, casas de caña, delincuentes, secuencias de persecución. No hay realidad marginal, hermosos paisajes, retrato de caracteres típicos. No hay ecuatorianidad, identidad, denuncia ni queja”. (I)