“Me duele el corazón con tal violencia, me duele que no puedo respirar...” canta la leyenda ecuatoriana del pasillo Julio Jaramillo, que estos días trae a Madrid uno de los pilares de la cultura musical de ese país.
Con ritmos de guitarra suaves y compases tristes, este género nostálgico y melancólico que habla de desengaños, muerte y la pasión del enamorado, constituye uno de los pilares de la cultura ecuatoriana en la que cualquier ciudadano del país ve reflejada su esencia.

Con un formato similar al reality, el Gobierno de Ecuador promociona su música más representativa fuera de sus fronteras dentro de su campaña para declarar esta parte de su cultura Patrimonio Inmaterial de su país.
Por eso Madrid albergará este 10 de agosto una gran gala musical que se hace coincidir con la celebración del Día de la Independencia.

En el anfiteatro cedido por el sindicato UGT sonarán las melodías cálidas que transportan a esas imágenes de antaño en blanco y negro de cantantes. Trece finalistas demostrarán sus capacidades musicales cantando y tocando el pasillo.

La gala se retransmitirá por ECTV. A los participantes no les duele el corazón, como recita Jaramillo, los ilusiona más bien cantar.

Es “poesía hecha música” en palabras de Viviana Huaca, una profesora de música originaria de Ibarra, en el norte de Ecuador, que lleva diez años afincada en Barcelona y es una de las finalistas del concurso.

La ibarreña afirma estar muy contenta con la idea del certamen porque cree que es una buena manera de enseñar a las nuevas generaciones el arte de su tierra y servirá para que “no se olviden de las canciones tradicionales y no se pierda esta parte tan importante de nuestra cultura”.

Esta instrumentista que toca el acordeón, la guitarra y la flauta se declara una defensora acérrima de la música nacional y recuerda con cariño que su padre le levantaba para ir al colegio con esta música de fondo.
Estos cantos se han introducido de a poco en España por el aumento de la población ecuatoriana.

Otro de los finalistas, el guitarrista y solista Daniel Mera, de Loja, afirma que muchos amigos suyos españoles se interesan por esta música cuando él la toca o la pone en reuniones o fiestas.

Cuenta que solía tocar en un trío de amigos en Ecuador, pero que se tuvieron que disolver pues todos emigraron en busca de mejores oportunidades.