Para la novela y autores locales hay poca generosidad
El bullicio del tráfico de las 19:00 imperaba en la calle Juan León Mera, de Quito, mientras la casona de Librimundi acogía un diálogo entre los escritores quiteños Modesto Ponce, Orlando Pérez e Iván Égüez. Moderado por el narrador y librero Alfonso Reece, el foro discurrió alrededor de “¿Por qué se escriben novelas en la actualidad?”.
Los creadores intercambiaron sus visiones sobre la novela y enfocaron sus cavilaciones principalmente sobre tres asuntos en torno a la ficción literaria: la difusión de obras nacionales, el rol de los medios en la difusión y la relación entre el poder y la autonomía creativa.
¿Por qué se lee (o vende) más a los autores extranjeros?
Reece señaló que la cultura de la imagen merma a la tradición literaria. Ponce, que no acepta de regalo libros “ligeros”, expresó: “Detesto la literatura light que se lee asiduamente en los clubes del libro”. Sostuvo que “antes se leía más y se consumían obras de mayor calidad; poco se habla en los medios de la escritura”. Su obra apunta a una obra literaria sólida y que provoque reflexión, explicó.
En esta línea, Orlando Pérez, autor de La ceniza del adiós, enfatizó: “Si Pablo Palacio o Benjamín Carrión vivieran ahora, nadie le pararía bola a sus escritos” porque, a diferencia de la publicidad que reciben escritores extranjeros, “aquí existe poca generosidad mediática con autores nacionales”.
Pérez, director de EL TELÉGRAFO, aclaró también: “Dentro de este diario brindamos un espacio importante al arte en general, sin importar la filiación política”.
En cambio, Égüez describió el desarrollo histórico de la novela: “El Ulyses de Joyce y el Nouveau Roman representaron las propuestas más altas para la renovación de este género literario”. Sin embargo, completó su idea: “Con el franquismo, la industria editorial española impuso un gusto estético donde prima lo que suscita flujos en el mercado”.
Las canteras de la palabra
“Es impresionante la movilización sigilosa, especialmente en poesía” y “existe una cantera enorme”, profirió Égüez sobre la emergencia de nuevos creadores literarios. Pérez recalcó que lo más importante es la obra y no solo la publicación porque, a su decir, ahora proliferan las publicaciones, pero escasea la obra.
Ponce, que publicó en 1996 También tus arcillas, agarrándose la frente, explicó: “Por iniciativa de foros como este conocí a los talentos Augusto Rodríguez y César Chávez”.
A través de la revista Rocinante, expresó Égüez, “difundimos obras de jóvenes que merecen ser publicadas, como la del sorprendente Carlos Vásconez”.
Ante la pregunta del público sobre el auspicio oficial que podría comprometer la obra artística, Égüez y Pérez coincidieron en que la creación es un compromiso individual. Y acotaron que el Estado debe proveer condiciones para fortalecer la difusión de las producciones artísticas, pero jamás se puede confundir los objetivos artísticos con las obligaciones estatales y públicas.