Para ellos el tango es una aventura con seriedad
Jacinto Chiclana, milonga resultado de una colaboración entre Jorge Luis Borges, genio literario, y Ástor Piazzolla, creador del tango progresivo, fue la pieza con la que el vocalista Eloy Velásquez decidió arrancar el más reciente concierto Con el tango en el alma. La noche del 31 de marzo, el auditorio de la Alianza Francesa de Guayaquil rebosaba en su capacidad y la voz de Velásquez, el piano de Fernando Pérez y la guitarra de Carlos Hernández hacían imaginarse en otro instante o lugar.
Con temas como Sur, Tango Skai en instrumental, Nocturno a mi barrio, Cambalache, Volver, El gordo triste, Chiquilín de Bachín, Balada para un loco y Libertango (instrumental), entre otros, los tres músicos hicieron más que un recorrido, una fusión de los recordados temas de los grandes de la historia del tango y las milongas. Cada silencio era la oportunidad de Velásquez para departir con el público y explicar cuestiones sobre la historia del tango, los temas interpretados o la importancia de esta música en la historia de Le Tangò y la suya propia.
El público pedía muchos otros temas clásicos como Uno y aunque a las alternantes formaciones de voz, guitarra y piano, piano y guitarra, piano y voz y guitarra y voz les hubiese gustado complacerlo en todo, se trataba de un repertorio en proceso de afinación para su ejecución en la 9ª Cumbre Mundial del Tango, en Seinajöki, Finlandia, en julio. Velásquez dijo que el programa esperaba ser compartido en Europa, pero no específico si era en esa cumbre.
Las juntas de voz y guitarra eran como una pillería, una triquiñuela o una travesura entre compadres o compinches ya que así se percibía la fuerte simpatía-empatía entre Hernández y el cantante.
En los tres temas que ofrecieron Pérez y el guitarrista se notó más bien un contrapunto a manera de reto para que cada uno subiera el nivel interpretativo a partir de las notas del otro, excepto en Libertango. En ese tema, que debió ser el último de la velada, la fusión fue tan exquisita que costaba pensar que el sonido proviniese de 2 instrumentos tocados por 2 músicos diferentes.
A veces uno de los integrantes de Le Tangò salía de escena unos segundos, pero el tango y la milonga nunca dejaron de sonar. Entre el público estaban las dos personas a quienes el cantante responsabilizó por tener auditorio lleno, ya que el 17 de marzo dieron un concierto en el mismo lugar ante apenas dieciséis personas, el crítico de música Sergio Pérez, y el periodista y escritor José Guerra Castillo. A ambos les entregó una copia del CD que Le Tangò grabó con el auspicio del Consulado General del Perú en Guayaquil.
La velada fue un recorrido desde lo más puro del tango y la milonga como Gardel y Atahualpa Yupanqui hasta sus expresiones contemporáneas, poéticas muchas veces, como las de Troilo, Piazolla, Horacio Ferrer y Roberto Polaco Goyeneche. Pero la preparación de Le Tangò no acaba ahí. Tiene planificado tres recitales más: una tertulia en el Museo de la Música Popular Guayaquileña Julio Jaramillo, el domingo 17 de abril, y dos espectáculos por el Día de la madre, el 8 de mayo en La Piazza Villa Club, a las 13:00, y en Piazza Ceibos, a las 20:00.