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En mayo de 2015 las ruinas grecorromanas fueron tomadas por el estado islámico, que destruyó el 30% de sus edificaciones

Palmira, en pugna por su reconstrucción

El Estado Islámico anunció la destrucción del sitio considerando que los monumentos, de inicios de esta era, eran parte de lo que el islam debía desaparecer.
El Estado Islámico anunció la destrucción del sitio considerando que los monumentos, de inicios de esta era, eran parte de lo que el islam debía desaparecer.
AFP
04 de abril de 2016 - 00:00 - Redacción Cultura y agencias

La entrada del templo de Bel, uno de los centros religiosos más bellos de la histórica ciudad de Palmira, tenía como leyenda ‘Estado Islámico. Entrada prohibida a los civiles y hermanos’. Desde mayo de 2015, hasta hace tan solo una semana, las ruinas grecorromanas, declaradas por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en 1980, estuvieron ocupadas por el Estado Islámico (ISIS) y a pesar de la falta de estudios se llamó a su reconstrucción.

La ciudad de Palmira pasó de tener 150.000 turistas al año a menos de 60 personas habitando la zona residencial. Su custodio, el arqueólogo Khaled Al Assad fue decapitado. ISIS destruyó el Templo de Bel. Lanzó por los aires el Arco del Triunfo. En el teatro escribieron sus nombres, lo usaron de podio para asesinatos. De la cella (el espacio interior de los templos antiguos) del templo de Baalshamim solo quedan cuatro columnas. El 30% de la ciudad habría sido destruida, según expertos sirios. Y esta cifra parecería optimista.

Tras una operación del Ejército sirio y fuerzas paramilitares rusas, la ciudad fue recuperada. El gobierno de Bashar al Asad quiere que los expertos determinen el grado de destrucción de la parte antigua. A pesar de que el Ejército sirio aún limpia la zona de alrededor de 500 minas, el ministro de Turismo, Besher Jazgi, llamó a todos los arqueólogos del mundo a restaurar las ruinas romanas, ubicadas en el desierto del país árabe.

“El templo de Bel no volverá a ser nunca como antes. Según nuestros expertos, podremos restaurar un tercio de la cella destruida, y quizá más, tras estudios complementarios con la Unesco. Llevará cinco años”, afirmó el director de Antigüedades sirias, Maamoun Abdelkarim.

Pedro Azara, arquitecto y profesor de Estética en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona y experto en arte mesopotámico, sostuvo en una entrevista con el portal Sputnik que algunos monumentos “se podrán volver levantar relativamente fácil”. Se trata de los que fueron construidos con bloques de piedra “muy importantes, muy gruesos, muy consistentes”, algo que impidió su destrucción total. Añadió que en algunos casos habría que volver a levantar los monumentos con sillares nuevos, con piedra completamente nueva, incorporando algunos de los pocos elementos que quedan, lo que requeriría “una cantidad de material nuevo muy “considerable”. Esto supone grandes inversiones, indicó Azara.

De acuerdo a Pedro Azara, el riesgo es que al final se opte por una imagen idealizada. “Supongo que es lícito preguntarse si lo que ha ocurrido ahora, estas destrucciones, forman parte de la historia de Palmira”.

El catedrático y presidente de la Sociedad Española de Historia de la Arqueología, Gonzalo Ruiz Zapatero, refutó: “¿Aún no sabemos qué hacer con los refugiados sirios y ya vamos a gastar dinero en Palmira?”, denuncia sobre los propósitos de restauración en una zona que continúa en guerra. El sábado, el ejército sirio encontró una fosa común con los cadáveres de 42 civiles y militares ejecutados por el grupo yihadista. Tres de ellos son niños. (I)

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