'Orquídea' destaca los valores de la mujer ancestral
La belleza, textura y cultivo de las orquídeas ha llevado a miles de personas en el mundo a estudiarlas, coleccionarlas y hasta crear obras de arte en su nombre.
En 2006, Andrés Calamaro les puso melodía en su tema “Tengo una orquídea”. Desde 2011, la variedad de artes en el Festival de Cine La Orquídea le rinde culto en Cuenca; mientras que en 2014, la propuesta de la Cámara Ballet San Pedro de la Paz (Chile) le hizo una oda a su belleza con “El canto de la orquídea”.
Este año 2019, el grupo de investigación teatral Ubríaco les hizo un homenaje con la obra Orquídea, dirigida por el argentino Víctor Acebedo y escrita con el coproductor Jean Carlos Villacís. Es su primer guion original con raíces ecuatorianas.
Se trata de un cuento poético donde se valora la presencia de las orquídeas en las cuatro regiones de Ecuador. Su trama es una metáfora que reivindica la belleza y la fuerza de la mujer ecuatoriana.
En esta obra, Acebedo vuelve con su teatro social, reemplazando a las princesas de Disney por las ancestrales del imperio inca. El discurso lo lleva una abuela sabia (Elena Cáceres), quien conversa con su nieta (Denise Cruz) las enseñanzas olvidadas de su hija materialista (María Triviño).
“Detrás de esta historia hago un homenaje a esas mujeres que encuentras en la plaza, esas paisanas que te venden fruta y verduras; nadie creyera que son descendientes monárquicas, con otros conceptos principescos, con valores que no tienen que ver con las piedras de una corona”, expresa el director.
Jessenia Caamaño (princesa Orquídea) actúa junto a las actrices Denise Cruz (niña) y María Triviño (mamá). Foto: Miguel Castro / El Telégrafo
La narrativa es lúdica todo el tiempo, pues esta pieza está dirigida para niños y niñas desde los 4 años. La princesa Orquídea (Jessenia Caamaño) es la encargada de explicar los lugares que visita junto a la niña.
Con el recurso del mapping, una proyección simbólica del mar, las montañas y los volcanes, se levanta una escenografía donde transitan varios personajes de animales como los cangrejos, cuyes y colibríes.
La canción “La vida (Respira el momento)”, del grupo Calle 13, se incorpora a la dramaturgia al final de la obra. “Respira el momento, en nuestra galaxia la historia se expande, desde lo más simple hasta lo más grande”, expresa el coro de esta oda al planeta y sus cuidados.
Un homenaje a la naturaleza
José Portilla, presidente de Ecuagenera, empresa dedicada a la producción y conservación de orquídeas, colaboró con la investigación de Acebedo y Villacís.
El empresario los asesoró con bibliografía sobre las casi 6.500 especies de orquídeas existentes en el país. También los llevó a recorrer Chongón-Colonche y Gualaceo para identificar cómo es su proceso de cultivo. “Pepe Portilla tiene una orquídea de 1820 que cotiza en la bolsa y yo me empecé a dar cuenta de este delirio”, recuerda el argentino.
Reconocer la antigüedad de esta especie que data de hace 65 millones de años, y su adaptación en árboles, rocas con musgo y hasta en el suelo, fue parte de la inspiración de los artistas para montar este musical infantil. “El teatro es un lugar para reflexionar y pensar y es una obra sanadora para todos”, reflexiona Acebedo. (I)