La problemática de la aceptación se plantea en una obra
Existen muchas formas de descubrir lo que se anhela en la vida para encontrar su sentido. Pero el hallazgo personal, ese que busca encontrar la identidad es mucho más complejo de lo que parece.
Ojalá estuvieras aquí es la pieza teatral escrita por el español Ignasi Vidal -en formato de teatro corto- que toca esas fibras a través de dos mujeres que han atravesado una dura situación.
Gloria es ese tipo de alma que vivió ajena a las costumbres y preceptos tradicionales. Debió irse y replantear un rumbo distinto para encontrarse a sí misma y retornar con un nuevo propósito.
En cambio a Ana no le quedó de otra que aceptar su destino. Ser madre soltera sin la compañía de su expareja ha sido lo más difícil de afrontar y pasa cada noche pensando qué será de ese encuentro en caso de que lo tenga en frente.
La venezolana Rosymar González (Gloria) y la española Roberta Pasquinucci (Ana) son las protagonistas de este drama que repasa los sentimientos heridos y la complicidad que mantienen por una vieja amistad.
“Esta historia habla sobre el regreso de una persona que se siente bien consigo misma y ahora que ella se ama, ya puede amar a su familia”, explica David Morejón, director y productor, junto a Verónica Pinzón, de la obra montada por Salvaje Producciones.
Además, asegura que producir este guion fue un reto para su equipo porque la tendencia teatral se centra en la comedia. Lo cierto es que desde la semana pasada que fue estrenada ha cautivado a decenas de personas.
“Hemos tenido sala llena, las personas salen llorando, ellas se acercan y nos lo dicen, como si jugáramos con sus instintos; hacemos que se sientan y que vibren. Es muy interesante”, cuenta el director sobre los efectos que surten de esta pieza que ya fue presentada en Micro Madrid, en España, por su mentor.
Pero en manos de Morejón, el valor de la escenografía tomó un giro por los marcos que simulan la puerta de entrada a lo que sería el departamento de Ana.
“A mí me gusta mucho el cine y el valor de los planos, algo que traslado acá. En la que tienes a la actriz en un primer plano, en otros momentos tienes el plano general y dependiendo de dónde estés sentado las tendrás de lejos o cerca, así recibirás los momentos con mayor o menor tensión”, asegura.
Fuerte carga emocional en vivo
Morejón señala que la construcción de los personajes se basó en el perfil de dos mujeres fuertes y víctimas de las circunstancias.
Ana, quien como madre debió asumir el sacrificio de entregarse por entero a su hijo, y Gloria, quien representa la voz de aquellos que han podido saltar barreras y pueden expresarse con seguridad.
“El encuentro entre estas dos mujeres sirve de catarsis para nosotras por todas estas emociones contenidas de los personajes, de tantos años en donde la una ha estado atrapada en una vida ajena a sus decisiones y en esta otra que soñó con un matrimonio perfecto pero que la abandonan y queda sola”, manifiesta González.
Sobre su papel revela que le resultó muy difícil porque tuvo que adentrarse a la psiquis de Gloria y conectarse con el sentimiento de Ana. “La vida ha sido injusta con ella y creo que en ese registro estamos juntas y me parece que el registro que más me alimenta es cuando ambas hablan de lo mucho que han sufrido y la palanca de mi personaje ha sido buscar ser feliz, como todos los seres humanos”, señala.
“A mí me gusta el abrazo del final porque es un cierre de amor, de comprensión y compasión”, cuenta Pasquinucci, quien para construir a Ana imaginó a una chica sencilla, amante de su familia pero con un marido particular que la abandonó, empujándola a madurar y a endurecer sus sentimientos.
“Es la compasión lo que mueve el amor, sin meterte en el lugar del otro nos mataríamos todos creo”, dice la intérprete española.
La obra permanecerá en cartelera hasta fin de mes, de miércoles a domingos, a partir de las 20:00, en Pop Up ubicado en Circunvalación Sur y Ébanos. (I)