La estatua de Cristóbal Colón que se erige en la céntrica rotonda de Columbus Circle, en Nueva York, se mantendrá en su sitio tras las deliberaciones de un comité nombrado por el Ayuntamiento para decidir el destino de varios monumentos polémicos situados en espacios públicos.

Los incidentes raciales de 2017 en Charlottesville (Virginia), donde murió una persona, desencadenaron la retirada de estatuas de líderes confederados a lo largo de Estados Unidos y, ante la ausencia de ellas en Nueva York, el alcalde Bill de Blasio propuso revisar su repertorio monumental.

La de Cristóbal Colón, un regalo de inmigrantes italoamericanos a la ciudad en 1892, fue objeto de un intenso debate durante los 90 días que tuvo el grupo de expertos para emitir una recomendación, con activistas solicitando su retirada y otros, incluido el gobernador Andrew Cuomo, de ascendencia italiana, abogando por su permanencia.

El Ayuntamiento anunció que la figura del almirante italiano se queda donde está, aunque se añadirán placas explicativas sobre su historia y se instalará un monumento dedicado a la población indígena, sin una fecha o un lugar concretos todavía.

Los expertos solo recomendaron trasladar una estatua de entre los cuatro elementos históricos que se revisaron, y que incluían al presidente estadounidense Theodore Roosevelt y al mariscal francés Philippe Pétain, héroe de la Primera Guerra Mundial.

Se trata de la del médico J. Marion Sims, conocido como el padre de la ginecología moderna, que desarrolló avances en el siglo XIX a costa de experimentar con esclavas. (I)