Telegrafistas
Nuevos retos en los procesos periodísticos
El periódico, un medio de comunicación masiva, fue desplazado por los dispositivos móviles. Actualmente las fases de proceso del trabajo en una redacción deben extenderse también para construir un periódico adaptado a los cambios tecnológicos y a los comportamientos de los nuevos lectores.
Cuando no existía internet, la dinámica de trabajo era diferente, de ahí que los reporteros pasaran mucho más tiempo en la calle haciendo reportería. Ahora la inmediatez ha transformado esa actividad, de modo que todo llega a través de dispositivos o medios digitales.
Antes un medio de comunicación impreso tenía primicias: un accidente, un escándalo político, una hazaña deportiva o un hecho internacional. Con esa información podía impresionar a la audiencia, pero los medios digitales acabaron con esa fortaleza. Ahora, las noticias aparecen en portales digitales un minuto después de haber sucedido. Y los impresos no pueden luchar contra esa rapidez porque el valor de la noticia simplemente se ha convertido en un registro diario de hechos que ya fueron contados por los medios digitales 24 horas antes.
Pero no todo está perdido. Esa inmediatez que ofrecen los medios digitales le da luz verde a las imprecisiones, a las notas carentes de profundidad y a los temas ligeros, aunque no siempre porque existen portales de investigación periodística que hacen un excelente trabajo e incluso reciben premios internacionales.
Por eso los medios impresos tienen un gran reto. La sincronización y la energía que antes usaban para una noticia pueden usarla en una investigación y en un análisis de profundidad para tratar los temas que reventaron la web.
Este esfuerzo de todos los involucrados en el quehacer del diario o de un noticiero de radio o de televisión ahora debe bifurcarse en muchas áreas. Esto implica que todos los procesos periodísticos que se hacían para una publicación diaria también se apliquen en lo digital, comercial, marketing y, sobre todo, en la circulación de lectores digitales e impresos.
Se requiere una sincronización perfecta para que todo sume; un producto enfocado en el impreso necesita de lo digital y este requiere del impreso.
Los impresos pueden salvarse, aún están a tiempo. Todavía existe un público esperando todas las mañanas para leer el periódico. Ese lector valora el papel y tiene conciencia del trabajo metódico y dedicado que se hace para imprimir un matutino.
El diario impreso no debe desaparecer, es un elemento vital para una sociedad necesitada de conectarse con un tipo de periodismo que quede archivado físicamente en un soporte real y que sobreviva a cualquier evolución digital.
El impreso existe y tendrá larga vida, como decía Umberto Eco. (I)