Hace ocho años un grupo de amigos que estudiaba en el último semestre de arte de la Universidad Católica de Ecuador decidió abrir un espacio expositivo al que denominaron No Lugar. Durante ese período, además de las 110 muestras que montaron, desarrollaron proyectos de residencias y educativos. 

Luego de ubicarse en Guápulo, en La Floresta y en el Centro Histórico de Quito, ahora se mudan por su octavo aniversario a un nuevo espacio en La Tola, un barrio que en los últimos años se activó culturalmente.

Con este sitio (ubicado en Vicente León N9-40, entre Esmeraldas y Oriente), también inauguraron la muestra [infinit∞], que reúne a 18 artistas y dos colectivos.

Pancho Suárez, quien es uno de los cofundadores de No Lugar, es ahora el director del espacio.

“Con este nuevo espacio queremos mejorar las condiciones de exhibición de los artistas. En un momento el programa de residencias fue nuestra mayor fortaleza, pero este año nos centraremos en el programa expositivo”, dice Pancho Suárez, uno de los cofundadores de No Lugar y su actual director.

Suárez señala que en el marco de este aniversario lanzaron una campaña de crowdfunding para la publicación de un libro-memoria de lo que han hecho hasta ahora, y realizaron una convocatoria abierta de proyectos expositivos el pasado abril, en la que seleccionaron tres exposiciones colectivas y tres individuales que se presentarán este año.

Los artistas seleccionados en esta convocatoria son Kasumi Iwama, Andrea Zambrano, Karina Cortez, Mauricio Cruz,  Juan Carlos Vargas,  Esteban Pérez, Fernanda Murray, Christian Tapia,  Pamela Suasti y Patricio Ponce.

El género y el feminismo son explorados en diferentes formatos, como el video y la foto.

Una muestra infinita
La exposición con la que reinauguran No Lugar estará abierta hasta el 8 de junio  y reúne a artistas que están involucrados con este espacio. “No nos propusimos hacer una curaduría sobre algún eje específico; la idea era tener una muestra como excusa de celebración”, precisa Pancho durante un recorrido guiado.

[infinit∞] inicia con una intervención del colectivo guayaquileño Los Chivox y con el trabajo de Kuz Kinamat, que presenta un carro móvil con muestra de sus fanzines y autoaplicaciones.

El recorrido continúa con la obra de Animales, de Pancho Baquerizo, quien reflexiona a través de apropiaciones de su entorno sobre el espacio político del artista dentro de la sociedad.

Patricio Albán, en cambio, trabaja entre las nociones de ruralidad y urbanidad, usando objetos de trabajo agrícolas intervenidos con grafía urbana.

Johanna Villavicencio expone dibujos hechos durante un mes de momentos cotidianos de su vida. Chay Velasco, quien es escultor, experimenta con materiales y su representación/proyección artística, al igual que Pablo Andino, que expone una pieza de metal que se asemeja a la textura del papel y una fotografía llamada Cascada.

Christian Tapia exhibe una serie de retratos de personajes urbanos de la noche y de la ciudad. A ellos los contrapone con sus alter egos animales. El pintor Teo Monsalve, quien actualmente estudia afuera del país, presenta un cuadro más abstracto, que hace quiebre con sus trabajos anteriores.

Tres libros del artista Rubén Díaz Chávez complementan la muestra y Christian Proaño hace un retrato en monotipo de su gato mientras escucha a John Cage.

David Cevallos llega con dos obras en diferentes formatos: dibujos y esculturas.

Un área recoge obras que reflexionan sobre el género y debaten el feminismo. Aquí se agrupan los trabajos de Andrea Vivi Ramírez, María José Argenzio, La Suerte (Sofía Acosta) y Martina Avilés  

Las obras -en diferentes formatos, como la escultura o la fotografía- de los artistas Boloh Miranda Izquierdo, Leandro Pesantes, Gonzalo Vargas y Consuelo Crespo se agrupan en otro espacio de la muestra que está dedicada a la geografía y la reflexión sobre la intervención de paisajes naturales. (I)