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Ecuador, 22 de Enero de 2025
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El Telégrafo
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Varias canciones en las que trabajan fueron compuestas por quiteños hace mucho tiempo

“No se valora algo hasta que una mirada extranjera lo valida”

¿Quiénes son? Nombre: Diego Carlisky (izq.) Edad: 32. Ocupación: Director musical, arreglista,  guitarrista.  Nombre: Martin Fritz   (der.) Edad: 38.  Ocupación:  Productor artístico, cantante.
¿Quiénes son? Nombre: Diego Carlisky (izq.) Edad: 32. Ocupación: Director musical, arreglista, guitarrista. Nombre: Martin Fritz (der.) Edad: 38. Ocupación: Productor artístico, cantante.
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Llevan el tango en la punta de la lengua. De Juan Gelman a Julio Cortázar, de Aníbal Troilo a Carlos Gardel, y de la similitud entre ritmos como la milonga y el fox incaico, estos dos músicos argentinos llevan investigando, interpretando y reinventando el género por años, pero sobre todo, viviéndolo. Provenientes de Buenos Aires —y radicados hace algunos años en el país—, Diego Carlisky y Martin Fritz han volcado todos sus esfuerzos por crear proyectos en los que el tango —además de su fuerza lírica, musical y dancística— se renueve con aires quiteños. Dos iniciativas van de su mano; la primera es ‘Arrabal Quiteño’, una orquesta formada por músicos de la capital, en cuyo repertorio constan, por ejemplo, tangos compuestos hace muchísimo tiempo por quiteños; y el segundo: ‘Buenos Aires 2x4’, un show integral que incluye música y baile, una propuesta que —según ellos— supera lo que el público está acostumbrado a ver.

En un breve recuento, ¿cómo se vincularon con el tango?

Diego Carlisky: Yo crecí en una familia muy tradicionalista, mi abuelo era gaucho y me inculcó mucho el folclor; y a pesar de que estudié jazz, a la hora de trabajar profesionalmente elegí el tango, que es el lenguaje con el que me siento más identificado y el que me permite expresar lo que soy. A partir de los 90, con el auge del turismo en Argentina, empezó a rescatarse el tango y, en adelante, a los jóvenes que habíamos perdido la línea (porque hubo de agujero cultural y de influencia extranjera, sobre todo norteamericana) nos costó acercarnos a los viejos, y viceversa. No es lo mismo aprender de alguien 6 años mayor a vos, que de alguien 40 años mayor. Tuve grandes profesores, entre ellos, Aníbal Arias. Él fue guitarrista desde Gardel para acá, pasando por todos los grandes músicos y orquestas. Pero también me tocó, de alguna forma, acercarme a ‘topetazos’, aprender de la gente que no era de mi familia, de esa necesidad de agregarle colores, armonías y giros lingüísticos al tango; pero siempre me resultó muy natural.

Martin Fritz: En mi caso, tuve la suerte de tener un padre que dedicó la vida al tango. Un reconocido cantante: Reynaldo Martin, quien trabajó con las mejores orquestas y al que acompañaba a los shows con apenas 6 años. Desde ahí me gustaba mucho el género, y a pesar de que no lo canté hasta hace algunos años, ya estaba en el ADN. Con el tiempo vas madurando y te pasan muchas cosas; el tango siempre espera que te pasen cosas para que lo puedas comprender. Creo que a través de los años logras identificarte con él mucho más. Yo, en los últimos 5 años, comencé a entenderlo de verdad, y eso hace que hoy en día pueda interpretarlo de manera correcta.

El Concierto de tango ‘Buenos Aires 2x4. Música y Baile’ se presentará hoy, a las 20:00, en la Casa de la Música (Valderrama y Mariana de Jesús). 

El evento estará integrado por Diego Carlisky (dirección musical y guitarra), Martin Fritz (productor artístico y voz), Claudio Jácome (piano), Gustavo Lobato (flauta traversa) y dos bailarines de la Compañía de Rubén Arrieta.

Entrada general: $ 10.

El tango es esa dualidad entre lo instintivo y pasional, junto con lo profundamente reflexivo de sus letras. ¿Qué resulta lo más difícil a la hora de interpretarlo?

MF: Depende, hay diferentes tipos de tango. Por un lado, tenemos el tango sucio, el tango influenciado por los inmigrantes de Europa, y está el tango que ya de por sí es muy nostálgico...

DC: Yo no estoy tan de acuerdo con que todo tango sea nostálgico. Hay tangos que son muy alegres. Nosotros, de hecho, tocamos A media luz ,de Carlos César Lenzi, que es una historia donde Carlos Gardel cuenta cómo era su bulín, una casa para recibir a sus amantes, y en la que hacía alusión a cosas alegres, festivas. Ahora, claro que hay muchos tangos que lo abarcan desde una nostalgia muy fuerte. Como las letras de Homero Manzi, que era un depresivo consumado y que Sur, por ejemplo, la escribe a penas el doctor le dice: ‘usted tiene cáncer y se va a morir en 6 meses o un año. Ahí escribe Sur y sale toda una corriente bastante depresiva.


¿Esa corriente a la que se refiere también ayuda a la construcción del personaje porteño?

DC: Sí, sobre todo con el tema de la exageración. Los porteños somos exagerados y nos entendemos a través de esa exageración como algo gracioso. Cuando uno escucha una letra como Por eso en tu total fracaso de vivir/ / ni el tiro del final te va a salir, sabe que el tipo en cuestión, hasta para suicidarse tiene mala suerte, pero no quiere decir que en verdad sea un suicida.

MF: Es que además los argentinos tenemos un humor negro muy marcado. Entonces, de cierta forma nos reímos de la desgracia. Ese es uno de los puntos que tiene en común con el pasillo porque el pasillo tiene un lenguaje musicalmente parecido y eso de gozar con el dolor, de esas letras muy corta venas, es algo que compartimos.

DC: Aunque en el tango la depresión es mucho más marcada por lo que te comentaba: somos muy exagerados; el quiteño es mucho más cortés y medido. Nosotros no somos ni corteses ni medidos, somos políticamente incorrectos.

El poeta Juan Gelman (milonguero desde los 15 años) decía que el tango era una forma de conversar, mientras que Borges decía que era una forma de caminar. ¿Ustedes lo corroboran?

DC: Gelman tienen un poema que se llama El Ortiva, que no sé por qué no le han puesto música, sería un maravilloso tango. Ambos tienen razón, desde sus perspectivas que son muy distintas. Gelman fue un tipo innovador, políticamente progresista (le desaparecieron una hija durante el último golpe militar, etc.), y por otro lado Borges rozaba lo fascista. Borges se acercó más al tango rudo, al cuchillero solitario, al que tenía que ver más con duelo de caballeros y desafío, es decir se acercó al personaje más romántico del tango, no en el sentido coloquial sino histórico. Pero hay otros escritores como Gelman o como Sábato y Cortázar que se han acercado al tango a través del nuevo tango, el tango poético, melódicamente más rico, y con recursos literarios más elaborados.

MF: Yo lo que sí te puedo llegar a decir con respecto a esas frases es que, en resumen, la persona que le gusta el tango tiene otra actitud, en general, puede gustarte un tipo de tango u otro, pero el tango sí es una actitud, no te quepa la menor duda.

¿Cuál es el objetivo de sus proyectos ‘Arrabal quiteño’ y ‘Buenos Aires 2x1’?

MF: La idea es, en cierta forma, defender el tango fuera de nuestro país. Pero lo que nosotros en realidad queremos es, siendo argentinos que viven en el Ecuador, llevarlo a cabo con músicos quiteños que le aporten su propia visión y bagaje musical. Nosotros nos conocimos con Diego en la Asociación de Residentes Argentinos, laburando, haciendo música, entonces nació una amistad y los dos apuntábamos a lo mismo: crear un espectáculo de tango, pero que no terminara siendo lo mismo de siempre, sino que fusionara culturas. Al ecuatoriano le gusta mucho el tango, y aquí todavía existe una cultura de barrio que también tenemos nosotros y, desde luego, esas letras corta venas, llenas de lirismo y pasión, así que lo hicimos.

DC: Por otra parte, a diferencia de ‘Buenos Aires 2x1’, que es un dueto conformado por Martin y yo, junto con músicos ecuatorianos invitados, ‘Arrabal quiteño’ es una orquesta de músicos quiteños y argentinos enamorados del tango. En el camino hemos encontrado muchas similitudes; por ejemplo, encontramos partituras de tangos compuestos por quiteños, hace muchísimo tiempo, o ritmos muy parecidos entre ellos como la milonga y el fox incaico, que es muy andino. Entonces la idea es juntarnos a través de esas similitudes culturales y, a partir de ello, armar algo nuevo.
Diego, algún momento decía que una de las cosas que le interesa es que esos músicos quiteños redescubran el tango y valoren lo que hacen con sus propios ojos.

DC: Sí. Sucede que pasa algo con los quiteños, que muchas veces no terminan de valorar lo que hacen y lo que son hasta que alguna mirada extranjera lo valide. Lo cierto es que acá hay gente, músicos y Luthiers que hacen cosas maravillosas. En Quito, por ejemplo, encontré la guitarra perfecta para complementar el tango y mi forma de tocar una guitarra hecha por César Guacán, un Luthier de nivel internacional y que está poco valorado acá, pero que es un verdadero maestro. Su guitarra es exactamente lo que yo necesitaba en sonido, en estructura, en madera, en todo.

¿Finalmente, cuál es su búsqueda personal en el tango? ¿Cada vez que se acaba un show, qué es lo que queda, por dentro, sonando?

DC: Bueno, yo creo que a nosotros los músicos nos pasa lo que a ti con la escritura. Vos tenés tu propio lenguaje y lo adherís a ciertas escuelas más que a otras, y además usas el español. Yo creo que el tango es para mí, como músico, lo que el español es a vos como escritora; y el estilo de tango que yo hago —que es el estilo cayengue— un estilo más arcaico, que tiene un sincopadito, pero con las armonías que se usan hoy en día. Eso es lo que yo elijo a la hora de tocar tango. Y mi búsqueda va a partir de ese lugar que es mi lenguaje. Mi búsqueda tiene que ver con encontrar mis frases nuevas, mi forma de interpretar el tango, pero además es donde estoy parado. Es también lo que implica ser inmigrante. Es imposible no extrañar mi cultura, pero también tuve que aprender a relacionarme con todo lo rico que tiene esta tierra; con su gente, con su música, y tratar de aportar algo de mi parte. Uno nunca deja de aprender.

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