"No puedo perseguir a Lorca hasta mi tumba"
En el año del 120 aniversario del nacimiento de Lorca, Ian Gibson (Dublín, 1939) ha revisado el primer libro de su amplia obra, El asesinato de García Lorca, publicado por primera vez en Francia en 1971 -a España no llegaría hasta el año 79- y “descatalogado” desde su última reimpresión, en 2005.
Con este nuevo volumen, editado por Penguin Random House y enriquecido con nuevos estudios publicados desde su última revisión, el experto lorquiano firma su aportación “definitiva” a la vida, muerte e investigación del autor de Poeta en Nueva York. Y definitiva porque, ahora, Gibson queda “en paz”, después de media vida dedicada al estudio del poeta granadino: “Tengo que hacer otra obra diferente, si me da tiempo. No puedo seguir persiguiendo la tumba de Lorca hasta mi propia tumba”.
“En el año 1971 no tenía ni idea de qué podría ocurrir, pero lo que me sorprende ahora es que todavía no se hayan localizado los restos. Aunque creo que los vamos a localizar”, aventura el hispanista irlandés que posee la nacionalidad española.
Gibson sostiene esta afirmación citando una información del diario La Razón que asegura que en la fuente del Parque Lorca de Alfacar (Granada) “podrían haber restos humanos”. “Depende de la Junta de Andalucía, pero parece ser que ahora vamos a saber en qué sitio del parque está. Con lo cual podemos estar cerca de un descubrimiento de gran importancia”.
Aunque, matiza, “si la familia no quiere que se saquen los restos, no se sacan”. Gibson no aboga porque se ponga un “monumento grande” en honor al poeta y dramaturgo, sino que quiere saber, simplemente, “dónde está el amado poeta”.
“Deseo ardientemente que se descubran los restos de Lorca y los de todas las demás víctimas de la guerra. Él las representa, es el máximo símbolo del horror y la represión franquista. Es el poeta español más conocido de todos los tiempos, el desaparecido más llorado del mundo”.
Gibson pide a la “derecha española” que sea “magnánima” porque “no se puede dejar a 100.000 personas en cunetas”: “Eso ningún país decente lo hace. Después de Camboya, España es el país que más fusilados tiene en cunetas”, sostiene. (I)