Nicolás Saavedra vigila al poder con la imagen
El expresidente Rafael Correa llegó al poder con un discurso claramente refundacional. En los más de 500 enlaces ciudadanos (sabatinas) que realizó, el exmandatario insistía en que su Gobierno “recuperó la patria” y desterró “el pasado”. Según el economista de formación católica, su periodo de 10 años marcó un antes y después en la historia ecuatoriana.
La imagen que Rafael Correa forjó de sí mismo fue la de un hombre fuerte, igual a las megaobras –aeropuertos, hidroeléctricas, refinerías, universidades emblemáticas y escuelas del milenio– que durante su mandato construyó.
El artista quiteño Nicolás Saavedra cuestiona ese imaginario en su más reciente muestra, en la que interpela a través de imágenes cómo el poder altera la geografía de un país.
El artista quiteño Nicolás Saavedra inaugura la muestra 0° 1 4’48.50”S, una serie que busca la relación entre el paisaje de la imagen satelital y los paisajes de poder. Se trata de una herramienta de vigilancia que analiza la posibilidad de la imagen para buscar cambios en el país. La propuesta se centra en las obras gubernamentales como aeropuertos, hidroeléctricas, refinerías y unidades educativas del milenio. (I)
El trabajo de Saavedra usa imágenes satelitales –cedidas por la empresa DigitalGlobe– que muestran los cambios que generó la construcción de megaobras en el paisaje ecuatoriano.
El artista usa fotografías de 2011, 2015 y 2017 para develar la transformación del espacio provocada por los proyectos que se construyeron en ese periodo.
Más allá de evidenciar una alteración en el paisaje nacional, el artista lanza preguntas al espectador con las imágenes que seleccionó: ¿cuál es el estado actual de esas construcciones? ¿qué representan esos tótems de cemento y acero en el imaginario nacional? ¿qué tipo de idea de progreso se moldeó en el país? ¿qué ha pasado con las poblaciones aledañas a estos grandes proyectos?
Muchas de las construcciones que el artista expone en la galería Más Arte –como la Refinería de Manabí (Pacífico) o la Universidad Yachay Tech– han sido cuestionadas por los organismos de control.
En febrero de este año, por ejemplo, el contralor Pablo Celi dijo que de los 14 exámenes especiales que se hizo a la empresa pública Yachay y a la Universidad Yachay Tech, se evidenció un “conjunto de irregularidades como retrasos en la ejecución de obras, procesos contractuales que no siguieron las normas, el no cobro de multas por incumplimiento de los contratistas, pagos en exceso, arrendamientos no justificados de locales e incluso la no implementación de productos recibidos por consultorías”.
Durante un recorrido guiado por la muestra que estará abierta hasta mediados de abril, Nicolás Saavedra dijo que este trabajo, primero, lo hizo pensando en una noción de vigilancia.
“Ellos, el Gobierno, nos comunican cosas que no son ciertas, entonces yo pienso en una noción de contravigilancia cuando utilizo las imágenes satelitales. Yo vigilo a quienes nos vigilan”, dice el artista. Así, estas imágenes tienen un uso estético y político: por un lado registran los cambios en el paisaje a través de fotografías que –pese a las inconsistencias que develan– tienen texturas únicas, a ratos poéticas; y también operan como una herramienta de rendición de cuentas.
En las tomas de la Refinería de Manabí (Pacífico) se observa que desde 2011 ese proyecto se ha estancado. Recién a finales de enero de este año, representantes de 30 empresas internacionales de diferentes países recorrieron los predios de aquella Refinería para conocer la proyección y las oportunidades de inversión que ofrece a futuro. $ 5 mil millones es el gasto estimado para la construcción de las instalaciones que estarán en Manabí.
Este proyecto es parte de la tesis de licenciatura en artes de Saavedra. “Nicolás usa los colores desde un lado más artístico. En algunas imágenes se ven cambios, pero también proyectos que se han estancado, que han quedado botados. Cuestiona el gran relato de las mega obras”, comenta Gabriela Moyano, dueña de la galería.
“Pienso que la fotografía no solo se da a través de la cámara, también lo hace con los materiales que están alrededor de ella. Me he convertido en una suerte de vigilante que revisa el archivo de la historia de los últimos diez años para cuestionar un discurso engañoso”, remarca el artista.
Actualmente Nicolás Saavedra trabaja en un atlas de imágenes satelitales de América Latina, que revelarán que la geografía del poder es algo intrínseco en el mundo. (I)