Netflix y Gabo: La adaptación en su laberinto
El 6 de marzo, día del nacimiento de Gabriel García Márquez, la plataforma de streaming Netflix anunció la adaptación de la novela Cien años de soledad en una serie.
Esta obra de 1967, la más célebre de García Márquez, no era, según el autor, adaptable al audiovisual, en especial por el límite de tiempo que impone una película (en promedio, de 90 a 120 minutos).
Cuando el cine adapta una novela, que toma horas o días leer, son inevitables los recortes de la trama. Muchas adaptaciones han sido arruinadas por la falta de tiempo.
Por ejemplo, la profunda dimensión ensayística de La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera, nunca se pudo expresar en la adaptación de Philip Kauffman, ni siquiera por el reparto que incluía a Daniel Day-Lewis y Juliette Binoche.
Es común la frase “el libro es mejor que la película”, porque una novela, que permite mayor atención a los detalles, se hace con menos recursos.
Hay escenas de obras literarias que, llevadas al cine, podrían costar miles de dólares por efectos especiales.
Watchmen (2009), de Zack Snyder, basada en la novela gráfica de Alan Moore, resolvió el tema del tiempo gracias a un “atajo argumental”.
Los guionistas simplificaron buena parte de la trama haciendo responsable a un solo personaje de los ataques nucleares que hermanaron a Estados Unidos y la Unión Soviética. Así, se ahorraron toda una subtrama que involucraba a cientos de artistas y científicos recluidos en una isla.
En el caso de Cien años de soledad, la adaptación no luce tan sencilla, tratándose de la historia de varias generaciones de la familia Buendía, las suficientes para llenar los 100 años que anuncia el título.
Citado por BBC Mundo, Nicolás Pernett, un investigador especializado en la obra de García Márquez, dice que la intención del autor era “hacer una novela que fuera difícil de convertir en una película”.
Pernett se refiere a elementos del libro como el manejo del tiempo, los monólogos de los personajes y ciertas escenas que serían muy complicadas de llevar a la pantalla.
García Márquez dijo en una entrevista que la razón por la que no quería que sus obras fueran llevadas al cine era que “la novela deja un margen de creación” a los lectores.
Muchas personas le dijeron a Gabo que les gustaban sus novelas porque los personajes se parecían a gente que conocían. “En cine no se puede. Ahí tienes la cara de Anthony Quinn, o de Robert Redford, y la gente no tiene familiares que se parezcan a Robert Redford”, decía Gabo.
Cuando se filmó El amor en los tiempos del cólera, por ejemplo, la cara de Javier Bardem quedó asociada a la de Florentino Ariza.
Los hijos de Gabo, Rodrigo y Gonzalo García Barcha, que serán los productores ejecutivos de la serie, son conscientes del escepticismo de su padre, fallecido en abril de 2014. Sin embargo, consideran que este es el momento ideal.
“En la actual era dorada de la serie, la calidad cinematográfica del contenido y la aceptación por parte del público mundial de programas en idiomas extranjeros, no podía ser mejor el momento”, dice Rodrigo.
En esta adaptación, al menos, el tiempo no será un problema. (I)
Productores
Los hijos
Gonzalo y Rodrigo García Barcha, hijos de Gabo, serán los productores ejecutivos. Dicen que la venta de los derechos de la novela se hacen de la mejor forma posible debido al boom de las series. Rodrigo es cineasta y Gonzalo es diseñador gráfico.
52 años de publicada tendrá en 2019 Cien años de soledad, la obra más célebre de Gabo.
Narración de Gabo
Uno de los retos es la narración llena de saltos temporales y grandes desarrollos de personajes en muy pocos párrafos.