Neruda tuvo un estrecho vínculo con Ecuador
La vocación americanista del poeta chileno Pablo Neruda (1904-1973) fue una de las características principales de su poesía. El ejemplo más representativo fue “Canto General” (1950), una obra compuesta de quince secciones, con 231 poemas y más de 15 mil versos; un proyecto monumental que pretendía ser, de alguna forma, una crónica o enciclopedia de Hispanoamérica, enfocada en la naturaleza y su historia.
¿Pero cuál fue su relación con Ecuador?
En medio de sus viajes, Neruda visitó varias ciudades del país, estableciendo estrechos vínculos con intelectuales y artistas de la época. Entre los más importantes destacan el pintor Oswaldo Guayasamín, el escritor Benjamín Carrión, y los poetas Jorge Carrera Andrade y Jorge Enrique Adoum, llegando a convertirse, este último, en su secretario privado.
¿Pero qué testimonio queda de aquello? Esa fue la pregunta que se planteó la Embajada de Chile que, tras una exhaustiva investigación, decidió montar la exposición: “Pablo Neruda y su relación con los intelectuales ecuatorianos”, la misma que ahora ocupa la Sala V del Centro Cultural Metropolitano.
Desde la calle García Moreno, un hombre observa, curioso, un soporte en forma de libro grande en medio del hall. El hombre se decide a entrar, se acerca, lo lee: “Dispara Tungurahua aceite rojo,/ Sangay sobre la nieve derrama miel ardiendo.” Me acerco, le pregunto si conoce a Pablo Neruda y me dice que solo ha leído un par de poemas, los más famosos, pero que no tenía idea de que el poeta le dedicó parte de sus versos a Ecuador.
El hombre se llama Antonio Martínez y, en menos de 5 minutos, ha cambiado su ruta. Ahora ingresa a la exposición de Neruda, ubicada junto a la de otro chileno insigne: Salvador Allende.
La exposición de Neruda se divide en 4 secciones. La primera resalta su presencia en el mundo. Hay un mapa que resalta, en diferentes colores, los lugares donde estuvo el poeta. A la derecha un soporte interactivo muestra en diferentes tablas los nombres de aquellos países y, al voltearlos, se puede conocer datos específicos sobre Neruda. “Cuadro amarillo. Inglaterra. 1965. La Universidad de Oxford le otorga el título de doctor honoris causa en Filosofía y Letras con lo que se convierte en el primer latinoamericano que recibe este grado académico.”
Segunda sala: “Neruda canta al Ecuador”. Dos pantallas grandes donde se proyectan imágenes del volcán Tungurahua, algunas cascadas y parte de la Amazonía. En las paredes algunos fragmentos de su libro “Canto General” en donde hace alusión directa a lugares y personajes ecuatorianos.
“Amazonas, capital de las sílabas del agua, padre patriarca, eres la eternidad secreta de las fecundaciones, te caen ríos como aves, te cubren los pistilos color de incendio, los grandes troncos muertos te pueblan de perfume, la luna no te puede vigilar ni medirte.”
También hay una pantalla en el medio que muestra su parte más comprometida con la política y se proyectan varios versos que hacen alusión a los próceres de la independencia.
Tercera sala. En la pared izquierda se muestran los retratos de los intelectuales y artistas que tuvieron vínculo directo con Neruda, así como un par de cartas, de puño y letra del Nobel. Del otro lado una serie de recortes de prensa anunciando la llega de Neruda a Guayaquil, el 12 de diciembre de 1957. En el centro, la revista ecuatoriana “Letras”, dirigida por el poeta Jorge Carrera Andrade, con uno de los poemas del Nobel.
Cuarta y última sala. La recreación del estudio del poeta, varias velas de barcos y la opción de que el público escriba un poema.
Neruda dejó importantes huellas en la literatura ecuatoriana. Su presencia se sintió en el movimiento tzántico y en las primeras obras de Humberto Vinueza, Rafael Larrea, Julio Pazos y Ulises Estrella.
En la actualidad, no son pocos los que siguen hallando, en su vida y en su obra, los rastros de un verdadero poeta.