Nerio David, atrapado en el arte de componer
“Quisiera que a mi lado te quedaras. Amarte para siempre es mi ilusión. Que quede entre nosotros la ternura que nos dimos, las locuras que hicimos por amor...”, dice uno de los estribillos del bolero del cantautor Nerio David.
“Que quede entre nosotros” es una de las composiciones románticas que lo caracterizan en la escena musical y el género al que le ha adaptado sus mejores poemas.
El pasado viernes 29 de noviembre, en La Bota, presentó con su guitarra un recital que repasó los clásicos “Voy a apagar la luz”, “Somos novios”, “Somos dos almas” y los de su autoría.
Su público seguidor llenó esta sala donde compartió sus versos musicales, como también una íntima charla cargada de mensajes sobre el amor, el cuidado de la naturaleza y otras temáticas de reflexión social.
Probablemente su rostro no es tan conocido a simple vista, pero sus trabajos se han escuchado en diversos comerciales y programas de televisión de Ecuador.
Su familia es parte de su carta de presentación. Junto a su hermana Mariel Córdova, y su cuñado, el pianista y compositor Omar Domínguez, sigue compartiendo escenario. Y su sobrina, Carolina Aguirre, interpreta muchas de sus canciones.
Es padre de Ana Paula, la cantautora ecuatoriana famosa por su tema “No hay drama” y el último a dueto con Jonathan Luna, “La muy muy”. Ella fue su inspiración para crear piezas infantiles que grabó en su estudio. “Pao pao” es la canción que recuerda con mucho cariño.
Además, es esposo de la reconocida conductora de televisión Ana Buljubasich, con quien renovó votos matrimoniales hace un año.
Un romántico de siempre
“Señora palabra”, “Frágil”, “No te has ido del todo”, son algunos sencillos que destaca de una amplia lista de trabajos discográficos.
“El bolero es un género que me gusta mucho, porque yo esencialmente soy un romántico. Yo sí creo en el amor, en la pareja, y creo que hay que tener experiencias amorosas”, comenta el artista.
Más tango es un álbum que rinde tributo a sus raíces con la reproducción de clásicos del género argentino. Un homenaje que también trasladó a un concierto junto con la Orquesta Sinfónica de Guayaquil, su hermana y su cuñado, para presentar un sinfónico de tangos que obtuvo buenas críticas.
Cuando Nerio David se remonta a sus inicios, recuerda aquel niño travieso que se “robaba” las guitarras de ciertos familiares para imitar posturas e interpretar el folclor argentino, con el que comenzó en este campo.
“Escuchar música debe ser como un alimento personal, no como una diversión. Se ha confundido eso. Creo que la música es mucho más que eso, es el idioma del alma y hay que tratar de cuidarlo y defenderlo ”, opina el músico.
Piensa que hay que dejarla entrar en las personas para que les alimente el alma. “Creo que nos falta mucho eso en la actualidad”.
El teatro y la pintura en su vida
El artista ha creado obras teatrales para niños. Con el actor Hugo Avilés creó Corazón de Mangle y con Marina Salvarez, una adaptación de El Principito. Con el grupo Teatro del Cielo actuó en la obra El teatro de los sentimientos.
Mientras que para el montaje de Helados colaboró con piezas sonoras para contar una historia sobre el exilio.
Actualmente acaba de incursionar en las artes visuales y en 2020 presentará su primera exposición hecha a partir de un trabajo de exploración personal.
Su vida no puede estar mejor, asegura el cantautor. “Soy un hombre feliz y no necesito nada, tengo todo para serlo”. En Instagram comparte sus trabajos como @neriodavidartista. (I)