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Narrativa y poesía se hunden en lo monstruoso

Detalle de Retrato de George Dyer en un espejo, óleo de Francis Bacon, que ilustra la novela Complejo.
Detalle de Retrato de George Dyer en un espejo, óleo de Francis Bacon, que ilustra la novela Complejo.
Tomado de imagenes.museothyssen.org
01 de junio de 2017 - 00:00 - Redacción Cultura

¿Qué es lo que los migrantes callan o aquello que no se muestra de ellos, por decoro, por sutileza? La pregunta parece sociológica, pero puede hallar respuesta en la ficción, en lo que cuenta el poeta Santiago Vizcaíno (Quito, 1982) en su primera novela, Complejo (editorial La Caída, 2017), de forma impredecible para un tema que ha configurado la historia reciente de  Ecuador con más celeridad que la del mundo, en constante choque de sus habitantes.

La narradora quiteña Sandra Araya fue una de las primeras lectoras de la novela, a cuyo hilo narrativo describe como un “flujo de conciencia”, el de Willy, el personaje principal, un ecuatoriano que vive en Málaga, España, y cuyas reflexiones resultan reveladoras pese al cinismo con el que describe y pone en jaque a otros personajes, sobre todo femeninos.

La misoginia es un tema latente en Complejo. Como editor de la obra, el argentino Germán Gacio Baquila admite que “la monstruosidad que va adquiriendo el personaje principal” provocó una discusión con el autor, pero “ni lo suavizamos, ni enfatizamos. Sabíamos que podía generar un tipo de rechazo y se decidió dejarlo como estaba”.

Un capítulo sobre un viaje de Willy fue omitido en la versión final  de la obra porque, a decir del autor, recargaba la novela. “El personaje es bastante sincero, agresivo, entre tierno y machista, incluso violento... es complejo”, describe Vizcaíno, quien piensa que esa personalidad del protagonista se acrecienta con otros personajes, “planos”, que lo refuerzan.

En un momento del relato, mientras Willy observa Madrid y el ‘inframundo’ de los foráneos como él, suelta una frase altisonante: “La debilidad identitaria del ecuatoriano transforma al migrante en monstruo cultural”. Gacio recuerda que no todos los latinoamericanos viven un flagelo en España, pero cree que todo lector se sentirá identificado con lo narrado, en algún punto.

“Los migrantes de la zona andina  tienen comportamientos parecidos en España, incluso andan en grupo, eso se siente en ese mundo de abajo, submundo que es la migración”, expone Vizcaíno, quien volvió de estudiar en Europa en 2013. Entonces tenía escrito un inicio posible de su obra, la cual retomó hace un año. El método, si hay uno, fue ponerse en los zapatos del ser ficticio con una mochila de experiencias que darían verosimilitud a lo narrado.

En suma, el monstruo, trastocado y barroco, es una nueva identidad. Por eso el Retrato de George Dyer en un espejo (un ser dividido, en crisis) es el título del óleo sobre lienzo de Francis Bacon que autor y editor eligieron para ilustrar Complejo. Y es la primera vez que La Caída edita una obra sobre migración luego de 20 títulos publicados. Araya presentará el libro en el auditorio principal del Centro Cultural PUCE, con Ave Jaramillo, a las 18:00. (I)

Santiago Vizcaíno Armijos cursó un máster en Gestión del Patrimonio Literario en la Universidad de Málaga. 

La poesía desde la reconstrucción de dramas cotidianos 

Al terremoto del 16 de abril de 2016 le sobrevino la oscuridad, una que se recuerda menos que la búsqueda de la luz y que guarda silencios y exclusiones. La tragedia hizo que Alexis Cuzme (Manta, 1980) empezara a escribir el poemario La ruina del vientre sacudido (Jaguar  editorial, 2017), enfocándose en lo oculto. Las historias que escuchó sobre el desastre o que leyó en la prensa local (en el diario La Marea) se condensan en este título a través de sobrevivientes ficticios que quedan atrapados en edificios en ruinas y que narran el delirio de niños encerrados a su alrededor, el asesinato mutuo de una pareja de esposos, la pérdida de un hijo en gestación o la desesperación de las deshidratadas víctimas que ingieren su propia orina y el de otras para poder esquivar a la muerte. En el estand de la editorial Mar Abierto, en la Feria del libro de la PUCE, Cuzme reafirma que la reconstrucción de dramas cotidianos fue la base de su poesía, incluso antes del terremoto, cuando publicó otros versos luego de leer periodismo policial, género al que el autor incluso le dedicó una tesis.

“Los silencios que perduran en el poemario dejan una opción al lector: que reconsidere los hechos narrados y lo que las autoridades locales, por ejemplo, dejaron de lado”, dice Alexis, quien presentará hoy su obra, a las 17:00, con los comentarios de Cristian López Talavera y Rocío Soria, en el Escenario frontera. La poeta Diana Zavala ya presentó este libro en Manta, hace un mes, y destacó que en el texto que nos ocupa no aparece la palabra terremoto. Eso, explica el autor, hace que sea posible “una reconstrucción lírica y no simples transcripciones de lo acontecido”. Se trata de poesía, algo que sobrepasa una tragedia en particular. (I)

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