Narradores de Boca de Caña traen arte al cerro y al MAAC
Ya no es una sorpresa que la investigación, la documentación visual (en video y fotografías) sean un pilar de la preproducción del Encuentro Internacional de Narradores Orales “Un Cerro de Cuentos”, pero para sus organizadores de la Corporación Cultural Imaginario, Ángela Arboleda, Manuel Larrea, Raquel Rodríguez, Fernando Mieles, Amaury Martínez, entre otros, lo más importante es el rescate de una tradición oral enraizada en el país y olvidada por sus pobladores urbanos.
Ese es el caso de la novena edición del encuentro que esta vez se subtitula Homenaje a la oralidad de Samborondón, como lo fuera en años anteriores a la palabra de Manabí, los grupos étnicos de Esmeraldas (afroecuatoriano, chachi, awá y épera), del cerro Santa Ana, Salitre (cantón montubio del Guayas), la de los pueblos ancestrales comuneros de Santa Elena y de Los Ríos.
Aún queda por retratar la tradición oral, cuentería o narración oral de El Oro, pero este año el público ha podido conectarse con Samborondón, no solo con su parroquia urbana satélite, La Puntilla, donde viven guayaquileños, sino su zona rural representada por cuatro de sus artistas: el actor, cantautor y compositor Abel Pinto; la intérprete Narcisa Ramírez; el cantautor, amorfinero, agricultor y gallero Luis Moncada; el director de danza del grupo Los Yumbos, payaso y catequista Washington Vizueta; el pescador y cuentero Edixson Montes; y la recitadora Flor María Mosquera.
Cantaron y contaron desde las 17:00 del domingo por la zona no regenerada del cerro Santa Ana y en el Teatro José de la Cuadra, de la Plaza Colón, para el lunes celebrar su noche de gala en los exteriores del MAAC Cine, sede principal de “Un Cerro de Cuentos”, excepto en 2008.
Fue una velada en la que la palabra del campo, además, de sus modismos, identidad e historia, se difuminó con el ser urbano que redescubría el gusto por oír cuentos.
A la par, el encuentro ya incluye funciones de cuenteros de México, Cuba, Colombia y España en el MAAC Cine y la Sala Zaruma del Teatro Sánchez Aguilar, coincidencialmente -y adrede también- ubicado en el km 1,5 vía a Samborondón.