Que la música no pare, lema de este tiempo
Un edificio de majestuosa arquitectura ubicado en las faldas del volcán Pichincha alberga la Fundación Casa de la Música. La institución es el legado altruista de una mujer apasionada por el arte y la educación: Gisella Neustaetter.
Alemana de nacimiento y de origen judío llegó con su esposo Hans a Ecuador en los años 30 del siglo XX huyendo de la barbarie nazi y ambos en este país apoyaron muchas causas nobles.
Finalmente ella no pudo ver realizado su sueño, pues muere en mayo de 2004, pero la Casa de la Música quedó como eterno testimonio de su pasión.
María Laura Terán, presidenta ejecutiva de la Casa de la Música, recuerda el camino recorrido durante 15 años que se cumplieron el pasado 8 de abril: “Ha sido un trabajo arduo, maravilloso, somos una Fundación privada sin fines de lucro, nos manejamos por la autogestión y con el apoyo de algunas empresas que nos han colaborado”.
De entonces hasta acá el progreso ha sido creciente y en 2019 se alcanzó la respetable cifra de 180 eventos que se cumplieron tanto en recitales en la sala pequeña, con capacidad para 80 personas, como en la sala grande de conciertos que tiene un aforo para 700. El número de espectadores llegó a los 35 mil en ese último año.
Dentro de la agenda también figura el programa para niños el “Domingo Chiquito”, del que habitualmente se hacían dos funciones, pero que por la gran acogida y demanda ya se prevé una tercera.
La emergencia sanitaria por el covid-19 obligó a cancelar la justa celebración, así como a posponer el programa que, como dice Terán, “con mucha esperanza” se había concebido.
Beethoven y más
Los 250 años del natalicio de Ludwig van Beethoven ocupaban un lugar destacado en la programación de 2020: “Habíamos planificado muchos conciertos con solistas ecuatorianos que en su mayoría viven afuera, pero solo alcanzamos a dar el del pianista Carlos Juris; los de Boris Cepeda y Juan Carlos Escudero, entre otros, han sido cancelados”.
Mientras, la institución ofrece en línea algunas de sus presentaciones: “Estamos enviando links con algunos artistas que se han presentado, ellos nos colaboran y mandan sus videos”.
Recordar los momentos memorables de la Casa de la Música se hace un tanto difícil: “La inauguración misma fue espectacular, un emotivo concierto con la Orquesta Sinfónica Nacional que marcaba el inicio de un hito de la cultura en Quito”, reconoce.
“Tenemos muy buena alianza con la OSNE, ellos están un par de veces al mes y es un gran atractivo para un público asiduo que viene a escucharla”, destaca Terán.
“Ahora la mayoría está sin trabajar, pero las chicas del departamento de marketing en teletrabajo suben material para Facebook, Instagram, para que la Casa siga moviéndose y que la música no pare, que es nuestro lema en este tiempo”.
En medio de este confinamiento, la ejecutiva quiere enviar un mensaje de positivismo,: “El arte ayuda mucho y en esta cuarentena hay que escuchar música”.
“Nos solidarizamos con toda la gente que está sufriendo en este momento, pero es importante quedarse en casa”. (I)
Datos
Un gran momento
La actuación de Daniel Beremboim y su orquesta West-Eastern Divan, formada por músicos, judíos, árabes y cristianos ha sido uno de los grandes momentos de la Casa de la Música en su historia.
13 personas constituyen la planta actual de la Casa de la Música, la mayoría de ellos son fundadores.
Grandes conciertos
La Sinfónica de San Petersburgo, la Orquesta de Cámara de Berlín y el Cuarteto de Cuerdas Emerson.