La música puede ayudar a reponernos de la pandemia
Los músicos han sido muy afectados por el confinamiento que trajo la pandemia del coronavirus.
Las cancelaciones de conciertos, el cierre de las escuelas de música y migrar del formato presencial al virtual, ha sido una experiencia traumática.
Carlos Albán toca percusión sinfónica y jazz. Estudió una licenciatura y una maestría en Educación Musical en Chicago, Estados Unidos, y su carrera fue de educador musical y director de banda sinfónica para colegio con una especialidad de percusión.
Él opina que en línea o no, “el problema es que la música es una de esas cosas que la gente prefiere dejar para después, todo el mundo está en modo de subsistencia y los músicos sentimos en estos momentos esos estragos”.
En su caso personal tuvo que cerrar temporalmente su escuela de música en Quito (Leonidas Plaza y 18 de septiembre, al lado del local de la OSNE) “porque los gastos de servicios básicos y los sueldos de profesor seguían corriendo y los padres de familia no tenían cómo pagar”.
Comenta que la educación en línea o presencial sería una modalidad que podía escoger el estudiante, pero que “lo más importante como escuela es tener un sistema con masa curricular, las clases en orden, que hayan alumnos y demanda para los cursos; lo online sería una modalidad a escoger para la comodidad del estudiante”.
Sin embargo, reconoce que de una u otra forma si no hay circulante para que los padres de familia paguen, es muy difícil: “Estamos viendo un poquito de mejoría en el interés para que los hijos terminen su carrera pues nosotros expendemos un diploma”.
En esta pandemia no se quedó de brazos cruzados: “Hicimos unos cuatro conciertos online, pero hubo poca acogida del público, como el Covid-19 Fest que consistió en una serie de conciertos con música de famosos del jazz”.
Agrega que últimamente hace “una colaboración con la CCE que ha tenido una buena apertura y nos ha permitido dar un concierto en dúo con un pianista y yo en el vibráfono, de media hora, en las redes sociales”.
En cuanto a los proyectos que pueden venir tras la normalización, menciona que ha presentado uno a la Unesco sobre una banda sinfónica para servicio comunitario, “dirigido a personas que no necesariamente sepan tocar, pero que tengan su instrumento y que tal vez donen un dólar por cada uno para la hora de clase de los profesores como una donación sugerida”.
Carlos, quien proviene de una familia muy tradicional en el arte, pues es sobrino nieto del actor Ernesto Albán, dice que será difícil salir de esta crisis, aunque no imposible.: “Si tuviéramos más equilibrio y más sensibilidad como sociedad y artistas, estuviéramos más preparados”.
Un largometraje musical
Kristian Quintana es guitarrista, compositor y director de cine con una trayectoria de 30 años en la música. “Me inicié a los 13 años haciendo música nacional, pasillos, boleros, sanjuanitos, luego comencé a hacer música rock, pop y heavy metal”.
En 2007 trabajó con fusiones de jazz y flamenco tras un concurso nacional en la CCE que estuvo dirigido a estimular la nueva música.
Una gira por Europa le permitió experimentar con lo electrónico y a partir de 2015 hizo estudios de actuación y dirección de cine.
Quintana ahora tiene un emprendimiento de hacer cine independiente de bajos recursos. “El 24 de abril íbamos a estrenar el drama de acción y suspenso que se llama Asesino de asesinos, hecho con los fondos de los mismos actores, pero se suspendió por la pandemia”.
Ahora está con el proyecto de un largometraje musical, “una película que tiene que ver con la música, la guitarra, leyendas urbanas, lo estamos levantando como la nueva generación de la música rock, blue, jazz, con el director Pedro Saa”.
Acerca de esta nueva película, anuncia la realización de un casting en los primeros días de julio, pues necesita actores entre los 14 y 22 años que toquen instrumentos.
Este confinamiento lo ha pasado trabajando en casa “componiendo, sonorizando para otros productos, escribiendo guiones para lo que va a ser la nueva película”.
“Los artistas somos gente que sobrevive el día a día y que ahora, como estamos sin trabajo, nos hemos tenido que apretar bastante el cinturón”, afirma.
A través de la plataforma Zoom organizó talleres virtuales que tuvieron buena acogida sobre composición de música para orquestaciones, música para películas, también videos con música en vivo.
Kristian hizo en febrero dos conciertos, uno con bandas de rock clásico y otro de guitarra con el prestigioso músico ecuatoriano César del Carmen: “Hicimos un ensamble con sus alumnos y teníamos más conciertos, también se iba a lanzar un disco mío por esta época de junio, pero habrá que esperar un poco más”.
Para este guitarrista y compositor, “el ser humano es muy vulnerable y a pesar de la tecnología uno tiene que ver cosas importantes como la salud, la familia, preocuparse un poco más para estar más unidos”. (I)