La cantina El Aguacate es parte del Museo del Pasillo Ecuatoriano y sobre su escenario se interpretan canciones como “Corazón que no olvida”. Mientras el tránsito por las calles Simón Bolívar y Gabriel García Moreno fluye como es costumbre.

El maestro de ceremonias anuncia cada tema con su traje de época. Los primeros compositores a fines del siglo XX, sus partituras, discos de carbón, rocolas e instrumentos están exhibidos, además de representaciones de artistas contemporáneos.

También habrá una escuela de canto, interpretación y baile dentro del repositorio.

El museo se inauguró el pasado 3 de diciembre en el edificio que, en 1907, ocupaba el Banco Central de Crédito Agrícola. Para los años 20, allí funcionaron las bóvedas del Banco Central y el desaparecido Ministerio Coordinador de Seguridad, que estuvo entre sus más recientes instalaciones.

Una botella silbato, de la cultura Chorrera (1300 a. n. e. a 300), inicia el recorrido temporal dispuesto entre la  primera y segunda planta de la edificación. La música sacra y sus arpas aparecen junto a lo profano para ilustrar contextos sonoros del siglo XVII y que se asumen como antecesores del género.

Tres guías, que trabajan en la Presidencia de la República, se alternan para recibir a los visitantes. Las canciones pueden escucharse en algunas proyecciones además de en El Aguacate, cantina que lleva el nombre de una de las canciones más célebres del género, compuesta por César Guerrero Tamayo.

Las guerras de independencia tuvieron como fondo musical el pasillo, que se modificó en cada una de las naciones andinas que resultaron al concluir la Gran Colombia. El nombre se debe al baile, de tres cuartos, que nace del vals, el bolero español y yaraví que se asocian a su origen, aderezado por un ritmo local, más rápido.

Un piano que data de 1864, de la marca alemana Neumann, es exhibido en el repositorio. En ese instrumento aprendió a tocar el maestro Paco Godoy Aguirre, hermano de Mario Godoy, quien dirige el museo.

Carlos Alberto Coba, Hilda Murillo, Carlos Rubira Infante y Julio Jaramillo son algunos de los autores representados junto a los integrantes de bandas de armonía y retretas de época. La música popular mestiza tiene un testimonio en la muestra permanente de este centro cultural.

Según el acuerdo ministerial N° DM-2018-225, el pasillo ecuatoriano está en la lista representativa del patrimonio cultural, nacional e inmaterial del país. Habrá un plan de salvaguardia de las manifestaciones de este género musical y su registro digital y permanente. (I)