Un edificio de atractiva arquitectura cautiva la vista de quienes transitan por la esquina de las calles García Moreno y Sucre, en el Centro Histórico de Quito.

La construcción de inicios del siglo XX es una obra de la familia italiana Durini, que también puso su sello en otros monumentos emblemáticos de la ciudad, como la Plaza de la Independencia y el Círculo Militar.

Ese inmueble, uno de los mejores ejemplos del neoclásico en la capital ecuatoriana, alberga el Museo Numismático del Banco Central del Ecuador.

La institución fue fundada el 5 de abril de 2001 y sus contenidos van desde la época prehispánica hasta la desaparición del sucre como moneda nacional.

Lorena Rosero Manzano, investigadora-curadora, afirma que en el caso de Ecuador este museo “es fundamental porque constituye un testimonio vivo, sujeto constantemente a la interpretación no solo de los expertos, los historiadores y los numismáticos, sino de la comunidad”.

Efectivamente, la institución a lo largo de sus 19 años de existencia recrea la historia, pues es un espacio que guarda bienes patrimoniales únicos en su tipología: “En el caso de la numismática, de la filatelia, la medallística es una colección muy completa y se pueden mirar piezas únicas no disponibles en otros espacios”.

La especialista aclara que existe otra sede en Cuenca, que es una sala alojada en el Museo Pumapungo del Ministerio de Cultura. “Pero también aborda todas las épocas, exhibe bienes culturales de importancia, al igual que en Quito, y ofrece la misma función de presentar un paraguas amplio de la historia económica y numismática en un formato más pequeño”.

En medio de este confinamiento por el coronavirus, el Museo se encuentra abocado a las redes sociales y trata de mantener sus servicios a través de la página web (https://numismatico.bce.fin.ec/), que tiene ya varios años y la página de Facebook (https://www.facebook.com/museobce/) con casi ya 15.000 seguidores.

Actualmente en la página web hay un recorrido 360 del Museo donde se pueden mirar los espacios más importantes.

Los conversatorios son parte de la oferta cultural. En el último se desarrolló el tema De lo monetario en el arte colonial: representaciones y simbología, donde se analizó, a través de la iconografía, varios elementos monetarios, como la concha, la balanza, el Ojo de la Providencia, entre otros, presentes en el arte quiteño. Los interesados pueden acceder a este material en su fanpage de Facebook (@museobce).

“Desde mi oficio como historiadora y curadora —señala Lorena— mi mensaje es mantenernos unidos. Se ha hablado de un distanciamiento social y yo en ese sentido digo que es físico, y que más bien el tejido social de la memoria, nuestras maneras de relacionarnos, justamente los museos son un lugar para eso, para encontrar nuestras raíces, nuestra historia; hay medios para poder seguir juntos y enfrentar la crisis”.

Un real, año 1535. Casa de la Moneda de México. Colección Museo Numismático BCE. Uno de los bienes que muestra la institución.

Cinco salas en Quito

En el caso de Quito, a lo largo de cinco salas se cuenta, a través de los objetos numismáticos, cómo ha sido el cambio económico, social y político del Ecuador.

La sala prehispánica presenta objetos arqueológicos y simbólicos importantes, como la concha spondylus. En la sala colonial se observan las monedas de América y en la republicana las que pertenecen a Gran Colombia y luego a Ecuador.

Finalmente está la sala del Banco Central y economía dedicada más a contar la historia a partir de 1927, fecha de la creación del BCE y cuáles han sido los devenires de la moneda y de la historia económica del país.

Lorena resalta que el museo en Quito cuenta con una sala lúdica “dedicada a los niños de todas las edades, con distintos juegos y propuestas de aprendizaje sobre la historia económica y numismática, donde se hacen talleres educativos”.

Dos salas se destinan a exposiciones temporales. En este momento está Por la plata, transiciones y sentidos sociales del dinero (1770-1927) que aborda los usos morales y los sentidos sociales del dinero en las distintas épocas. Está acompañada de intervenciones artísticas de arte contemporáneo alusivas con algunas temáticas que se desprendieron de la exposición, como la falsificación y el poder que tiene el dinero.

Tienen planificadas algunas otras exposiciones temporales, lo que dependerá de la situación actual, pero por el momento Por la plata... va a estar próximamente en la página web y las redes sociales, para que pueda ser vista mientras dure esta emergencia.

Para conservar el lugar, la prevención está activa con la limpieza de los bienes, la medición de la humedad y de las luces. La conservación depende incluso de la cantidad de visitantes, que suele ser un problema en el mundo por la humedad y el calor que se produce. (I)