Montalvitos y azuzadores

Tal vez tenga razón el Montalvito de El Universo. El Presidente no debió asustarnos con la tontera esa del tsunami del Japón y sus 15 mil muertos. Eso fue una exageración. Las olas ni siquiera llegaron al Club del Malecón ni a la recepción del Mayor Diario Nacional, y peor a la azotea del Bankers. Apenas, según el Montalvito, olitas de a luca de 25 cm, que con las justas alcanzaron para dañar media docena de barcos en Santa Elena. ¿Y eso qué? Bien hechito por separatistas, por independentistas, por antinebotistas, por antincinthystas…

Gastar palabras previniendo separatistas es un desperdicio. Debió callarse el Presidente, como hizo la Dilma Rousseff que no dijo ni pío. ¡Eso es previsión, eso es calma de estadista, eso es sindéresis para gobernar! Eso es… Ah caray. Creo que me jalé. La Dilma no dijo nada porque está del otro lado y hasta allá no llegaba jamás el tsunami. Las olas, para poder remontar los Andes, tendrían primero que pasar sobre el Alvarito, que es bien ancho y voluminoso. Imposible. Y luego trasponer al Montalvito que es bien roñoso. Tampoco. Ahí se estancaban. Y faltaba la nariz del Lucio en el Tena. Ni modo.

ué pena que no alcanzó el reflujo en Santa Elena y Jambelí para unos cuantos desaparecidos. Eso le hubiera gustado al Montalvito porque habría podido decir que el Presidente, en lugar de lamparoso, fue tímido. Él le hubiera sugerido que en vez de alerta previa decretara terror póstumo. Y pusiera cedazo en La Puntilla para que las partículas esas no se adhieran a las pelucas. Pero qué tal.

Preocuparse por la gente ordinaria. Ni que fueran socios del Club de la Unión. Ni siquiera son primos del Aspiazu. Ahí hubiéramos sacado los crespones. Negros. Y a la peinadita. Para decorar. Y al fantasma. Para asustar a los que todavía queden de los Alfaro. Lo que me ilusiona es que el Montalvito algún día escribirá, en lugar de “Mi pluma lo mató”, algo más eterno, genial e imperecedero: “Mi bilis lo encumbró”. O algo así.

Pero lo que tiene fúricos al Montalvito, a la derecha y a la ex izquierda es que el Presidente resultó pacifista. Eso no lo pueden tolerar. No ellos, que siempre han aplaudido al vecino Uribe y sus aviones made in USA  y sus misiles made in USA con los que peleó bravamente con el Reyes dormido, con el Aizaga, que también lo hacía, y con tres guerrilleras de uniforme. Escolar. Y que hasta le aplastó el Jojoy al Mono. Y aura tener que aguantar que no le hayamos declarado la guerra al Gadafi y habríamos enviado la Flota Imbabura para que vea que con el Carchi no  se juega. De paso habríamos saludado firmes a la Libertad USA, o sea la estatua esa en la entrada de Nueva York. Y así nos aprobaban el TLC y las limosnas arancelarias, perdón, las preferencias. Y hasta al Kintto Lucas.

Pero no. Pacifista. En lugar de aprender del Uribe, que ya mismo es hasta Presi… diario. Perdón, todavía no. Ex Presidente no más. Lo otro será cuando le acaben de destapar las ollas. Podridas. Y, ¡qué tal el comunicado cancilleresco! Hablar de diálogo cuando lo que tocaba era látigo para seguir esdrújulos. Y de paz cuando el Montalvito habría sugerido balas, con lo que es todo un valiente. Y de respeto cuando la cosa era putazos. Nuay derecho. Mejor derecha. Y entonces estaríamos bombardeando a Libia bajo el mando del Coronel de los tropezones. Aunque no sé porque como está en retiro desde que lo retiraron los forajidos…

Ha sido tan pacifista el Presidente que en lugar de declararle la guerra al Gadafi, como querrían el Montalvito y la Cinthya, le declaró socio y lo llamó amigo y demócrata. Aunque no estoy seguro. Creo que ese no era el Presidente. El socio era Sarkozy, que le pidió platica para la campaña. Y el amigo fue Berlusconi, que le tenía preparadas unas fiestitas con quinceañeras. Y quinceañeros, porque nunca se sabe. Y fue la Condy Rice la que le dijo demócrata y hasta le dio mucha. Mucha petición de petróleo, digo. Ese es el problema cuando se oye solo con la oreja derecha.

¿Qué le diría el Presidente pacifista al Gadafi en la media hora que hizo escala? Habrá que preguntarle al Montalvito. Él ha de saber. Con lo que todo lo sabe y cuando no sabe calumn… perdón, inventa…