El modelaje indígena lleva a la pasarela a jóvenes de varias culturas
“La belleza indígena es de diferentes tallas y estaturas, es muy diversa, no tiene un canon establecido y nosotros trabajamos para difundir nuestra identidad desde el modelaje”, así define Samuel Chimborazo su iniciativa de crear la agencia Runa Model Management.
Hace 10 años, este joven de 26, está inmerso en el mundo de las pasarelas y las campañas, mediante las cuales impulsa el modelaje indígena como un símbolo de resistencia de los pueblos originarios, que buscan preservar su lengua, sus costumbres y tradiciones.
“Siempre tuve interés en transmitir la cultura que mis padres me han inculcado, ellos siempre me decían: ‘No debes tener vergüenza de ser indígena’; y eso siempre lo he tenido presente”, expresa con orgullo Samuel, oriundo de Cañar y quichua-hablante.
Runa Model Management cuenta con 20 modelos, son hombres y mujeres de diferentes culturas, entre ellas, del pueblo puruhá, cañari, quichua-saraguro, quichua-chibuleo, salasacas, otavalos; y de la Amazonía, quichuas y cofanes.
Las críticas de gente que cree que un indígena no puede ser modelo han sido fuente de inspiración. “Además de fortalecer nuestra identidad, concientizamos y preparamos a las modelos para tener un carácter fuerte ante la mirada discriminatoria de quienes creen que no encajan en los estándares del modejale tradicional”, indica Samuel Chimborazo.
Una de las modelos es Miriam Velázquez, de la cultura cañari. La joven de 20 años cuenta que hace poco empezó su carrera en el modelaje indígena; además es bailarina. “Me siento orgullosa de lucir la vestimenta de mi pueblo y de ser indígena”, dice Miriam.
La preparación de las modelos incluye manejo de imagen, dicción, pasarela y, sobre todo, la enseñanza de entender el verdadero significado de la lucha indígena y el desafío de trabajar por el acervo cultural.
Samuel resalta que “nuestras modelos no se disfrazan, ellas proyectan una imagen de belleza, de arte e identidad”. (I)