Ya concluido el Festival de Música Sacra inaugurado el 25 de marzo en Quito y luego de un aplaudido estreno en la Basílica menor de La Merced, el 28 de marzo, vale que se diga algo más sobre la “Misa Popular Ecuatoriana” compuesta por Juan Carlos Urrutia.

La pieza, cuya última función fue en la Casa de la Cultura, Núcleo del Guayas (CCNG), ya que su coro participó en todos sus montajes, no tuvo la mejor amplificación ni acústica en su estreno local.

Las paredes de La Merced y un volumen muy alto para la excelente instrumentación elegida especialmente por el compositor, que dirigió cada interpretación de la misa, no permitieron disfrutar de las voces unidas de los coros de la CCNG y de la Universidad de Guayaquil.

Sin embargo, la batuta de Urrutia logró sacar lo mejor del bajo de Alfonso “Poncho” Soto en “Santo y bendito”, a ritmo de bomba; y la flauta de Belén Faitong, a lo largo de las 5 partes de la misa.

El requinto de Tomás Morán y la percusión liderada por Manolo Picón fueron impecables. El público y las cámaras de televisión aún retumban con el “Gloria a Dios en las alturas”, de Ernesto Pazmiño; y el “Padre todopoderoso”, de su hermano César Rodríguez, los cantantes solistas.