Memorias enfrenta al cinéfilo nacional con el filme de arte
Para los estudiosos y aficionados al cine no son extraños títulos como “Lo que el viento se llevó”, “Cantando bajo la lluvia” y “Ciudadano Kane”; todos ellos norteamericanos, específicamente producidos en Hollywood, EE.UU. Otros cineastas y cinéfilos mencionarán a las europeas “Ladrón de bicicletas”, “Pierrot el loco” y “Los 400 golpes” como sus favoritas, pero solo estarían pensando en Neorrealismo Italiano y la reconocida Nouvelle Vague de Francia. Para ampliar ese panorama de un cine tradicional, reposado, pero en cierta forma entretenido, el festival Eurocine incluye la sección Memorias.
Este año la componen apenas 6 películas: “El Mesías” (Italia, 1975), “Rocco y sus hermanos” (Italia, 1960), “Narciso negro” (Reino Unido, 1947), “La bestia humana” (Francia, 1938), “Vida en familia” (Reino Unido, 1971) y “El bebé de Mâcon” (Reino Unido, 1993). De acuerdo con los organizadores, integrantes de la corporación cultural OchoyMedio, esta selección es la muestra de un cine que no envejece, que con los años crece, se vuelve otro, y sobre todo influencia a los jóvenes a hacer otros filmes.
En el catálogo de Eurocine se escribe que “Memorias presenta el cine clásico europeo, siempre realizado por autores que no se conformaron con poco, y que a su manera, cambiaron la historia del cine del mundo, e hicieron del cine lo que hoy es el cine”.
Al sondear la web por críticas de cine especializadas o de aficionados se destaca en particular que “El bebé de Mâcon”, dirigida por el irreverente e iconoclasta Peter Greenaway, es puro caramelo visual, un triunfo para lo visual que no proporciona al espectador con un momento fácil, a menos que se esté dispuesto a ignorar elementos como trama e historia.
“Rocco y sus hermanos”, de Luchino Visconti, como lo dijo Bosley Crowther, en 1961, en el New York Times, tiene una mezcla de un fuerte factor emocional y realismo a tal punto que los márgenes de cada uno se vuelven difusos y no distinguibles. Añade que el acechante “score” concebido por Nino Rota pone un importante trasfondo a un filme de 3 horas de duración.
El Mesías busca a sus discípulos en la sala
La cinta italiana “El Mesías”, de Roberto Rossellini, patriarca del Neorrealismo Italiano, es un muestra del poder de la teatralidad en la actuación para cine, ya que toda la emoción se centra en las palabras y las expresiones faciales de Pier Maria Rossi en la piel del joven carpintero de Palestina.
Es en realidad el último filme del director y un seguimiento a su miniserie para TV “Actos de los apóstoles” (1969).
Visualmente se acerca a la moderna “Jesús de Nazaret” y es digna pareja de “El evangelio según Mateo”.