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El Telégrafo
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Entrevista / Frederic Martel / Escritor francés, investigador y periodista

Martel prepara un libro sobre los procesos revolucionarios

Foto: John Guevara
Foto: John Guevara
31 de julio de 2015 - 00:00 - Orlando Pérez, Director de El Telégrafo

Su libro Cultura Mainstream tiene una gran difusión y comentarios. Acaba de salir otro, Smart, que ya provoca debates y reflexiones en la academia, los medios y los expertos en internet y comunicación.

Y ahora está en el proceso de investigación sobre la izquierda latinoamericana y quiere conocer cómo han sido los procesos de nuestra región. Exhaustivo, intenso y cargado de preguntas, ahora le tocó responder sobre su libro.

¿Por qué ahora un libro sobre la izquierda?

Trabajo sobre los movimientos sociales porque pienso que hoy, de la misma manera que no hay internet único, tampoco hay izquierda única.

Hay izquierdas diversas, múltiples, complejas y en particular en América Latina. Es por eso que América Latina me interesa tanto.

Porque entre Castro -pero ¿es izquierda Castro?-, Michelle Bachelet, Kirchner, Lula, Dilma Rousseff, Evo Morales y obviamente el modelo de Correa y también las izquierdas mexicanas, colombianas, y obvio, Chávez y Maduro en Venezuela, hay algunas particularidades. También me intereso por la izquierda japonesa, egipcia, israelí, inglesa y de Podemos.

Y de lo que ha leído y entrevistado, ¿cree que esto es la expresión de que el marxismo se acabó? ¿Podemos hablar de un neomarxismo?

El marxismo y el leninismo no existen más, eso es una certeza. El marxismo como el keynesianismo, shumpeterismo, el miltonfridanismo siempre existirán, por suerte.

Pienso que el marxismo guarda varios puntos de su fuerza. Sin embargo, la idea según la cual una economía puede ser regulada por un Estado y por un partido único está muerta.

Y si Correa tomara esta dirección, eso sería un error para Ecuador. Creo en -no soy liberal- la economía de mercado, pero no en la sociedad de mercado.

Sin embargo, sin la economía de mercado no se puede producir bienes baratos, no pueden salir las clases pobres de la miseria, no se puede tener una economía eficaz.

Pero esa economía de mercado, que es buena en sí misma, necesita regulación para evitar las posiciones dominantes, para evitar el control por los grupos de presión.

La economía de mercado no puede funcionar en todos los sectores. Se ve en EE.UU., la cultura en EE.UU. -como el arte, danza, bibliotecas- es una cultura sin meta lucrativa.

El hospital, la educación, son sectores que no se gestionan bien por el mercado. Entonces se necesita regulación, se necesita al Estado, a una economía mixta para que funcione.

De hecho, Francia es así, es un país a la vez moderno con una economía de mercado, con sectores públicos que brindan una regulación fuerte.

En EE.UU. se observa el problema de la educación y el problema de la salud cuando el mercado es demasiado potente, fuerte. Y eso es un drama para las universidades y para la salud en EE.UU.

El marxismo conserva su pertinencia. Pero Schumpeter también es muy importante. Él es la “destrucción creativa” (se destruyen empleos, por ejemplo, cajeros, pero a su vez se crea gente para mantener los equipos tecnológicos).

Las economías virtual y cultural funcionan mejor con Schumpeter y sus ideas, pero con Marx no se crean las start-ups (empresas innovadoras).

En este sentido, ¿qué clase de izquierda es la izquierda de Podemos o de Syriza?

Creo que el debate más interesante es el debate entre la izquierda socialdemócrata y la izquierda más radical. Y es lo que sucede en Francia.

Pienso que en 2017 habrá en Francia una izquierda más radical. No como Podemos, pero algo similar. Y eso es importante porque cuando François Hollande, de la izquierda centrista, va y negocia con los banqueros, con la UE, con el FMI, ya cambia la lucha.

Ya aceptó (esta izquierda) negociar. Ahora se necesita una izquierda más radical que va a obligar a luchar. Y lo que me gusta de Podemos y los griegos es que ellos luchan.

Después, hay que entender la economía en la cual vivimos, que la deuda puede ser injusta, pero también hay reglas de reembolso. Europa necesita desarrollarse. Hoy tiene que luchar en contra de su desempleo, tener crecimiento.

Yo formo parte de una izquierda que no está en contra del crecimiento. Si luchas en contra del crecimiento es que estás a favor del decrecimiento. Y eso no permite modernizar y desarrollar un país.

Pero al mismo tiempo, este crecimiento no puede tener como único objetivo estar en segundo lugar, detrás del reembolso de la deuda. Hay un momento en el cual no se puede escoger la deuda en contra del desempleo.

Hay que escoger primero la lucha en contra del desempleo, el desarrollo, el crecimiento. Y después el reembolso de la deuda se hace y se corrige por el crecimiento.

Hay pensadores como Slavoj Žižek o Álvaro García Linera que coinciden en cambiar los paradigmas sin perder la esencia de la necesidad del cambio, no hablan de comunismo, sino de defender los bienes comunes...

Primero, pienso como francés. La Revolución Francesa es, antes de todo, el reconocimiento de la propiedad privada. Sin propiedad no hay libertad de expresión, no hay democracia. Seguro que hay bienes públicos, bienes comunes.

Es el caso de la educación, del medio ambiente, de la salud. No pueden ir a manos del mercado, simplemente porque no funciona. No es ideológico.

Si quieres acceder a danza, el mercado no lo puede hacer. Por ningún lado el teatro, la danza se pueden producir por el mercado. Tampoco en EE.UU., no seamos más estadounidenses que los estadounidenses.

En EE.UU. hay un gran sector sin meta lucrativa, muchas subvenciones públicas por cine, teatro, etc. El Estado subvenciona mucho estos sectores. No lo sabemos, lo olvidamos. Pensamos que es el liberalismo. Pero no, no es. Creo que hay que seguir con esto.

¿Entonces hay que renovar los postulados, pensamientos y posturas para el cambio?

Todos estos pensamientos innovadores tienen que estar tomados en cuenta. Eso es lo que me interesa en la izquierda, la innovación y las nuevas ideas. Todo esto tiene que ser escuchado, no hay que estar cerrados.

De la misma manera, la democracia, gracias a internet, se llama la liquid democracy, hablo de esto en mi libro, el empoderamiento de la gente.

Esto pasa mucho más por internet, que permite diálogos, formas de democracia directa, formas de intercambio, y todo eso hay que escucharlo.

Es por eso que opino que en política la cuestión de la alternancia es la definición de la democracia. Pienso que nadie, aun el más inteligente, puede mantenerse en el poder demasiado tiempo. Hay que aceptar la crítica, la oposición, la libertad de la prensa. Porque si no se reflexiona sobre lo que se está haciendo, aunque esté bien…

Admiro a Lula porque lo que ha hecho, de no seguir en el poder. Admiro a Mandela porque un día dijo que se necesitaba a un presidente nuevo por África del Sur. No se puede quedar en el poder.

La tragedia de Cuba es esto. Cuba, que fue un modelo en 1959, hoy es sin duda el peor ejemplo del mundo. Es un régimen que llegó a ser lo que negaba al nacer. (I)

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