María Félix, una mujer que rompió estereotipos en el cine
En tiempos inimaginables en los que una mujer fuera la estrella principal de una película, María Félix consiguió lo que incluso hasta ahora es casi imposible. En 46 de sus 47 películas, María Félix no necesitó que su nombre apareciera junto al de un colega actor para llenar la taquilla.
Solo en su debut cinematográfico, El peñón de las ánimas, su nombre llegaría después del para entonces afamado Jorge Negrete.
Desde Doña Bárbara, su segunda película, fue “María Félix con ...”. Y es que “La Doña”, como se la llamó desde entonces, mandó abajo los estereotipos femeninos en la industria del cine de México y del mundo.
“¿Con qué hombre se acostó para conseguir el papel?”, le dijo Negrete cuando la conoció, a lo que María le contestó: “Yo, con nadie… ¿Y usted?”, episodio que trascendió en los tabloides mexicanos y que develaban el temperamento fuerte que la caracterizó toda su vida.
Resultaba casi ofensivo que le ofrecieran personajes de una mujer manipulada o de “tonta enamorada”. Ella solo escogía aquellos papeles fuertes, especialmente los que contribuían a construir su imagen de diva.
En el cine no solo fue una guerrillera de la Revolución mexicana, también fue empresaria exitosa, una ambiciosa viuda acaudalada y, por supuesto, una mujer enamorada que nunca fue sumisa ni controlada, personajes nada convencionales en la Época de Oro del cine mexicano.
“Que me llamen solo cuando los tengo que pisotear, pero sin que perdamos el respeto”, decía la mexicana que nació, un día como hoy, en Álamos-Sonora, hace 105 años, y murió hace 17.
Y es que esa era la María Félix que el mundo vio en películas como Río escondido, Maclovia, La mujer sin alma, Camelia, La cucaracha, La Generala, La Valentina, Tizoc, Juana Gallo, Doña diabla y La mujer de todos, en donde trabajó junto a otros célebres actores, como Emilio el “Indio” Fernández, Jorge Negrete, Pedro Armendáriz, Arturo de Córdova, Pedro Infante e Ignacio López Tarso.
Muy lejos de la lucha del movimiento #Metoo, de María nunca se supo que haya sido acosada, más bien se decía que el respeto que le tenían en realidad era miedo.
De hecho, todos los directores con los que trabajó aceptaron sus exigencias y su salario estaba por encima de los de sus compañeros de reparto, muchos de ellos célebres actores que pasaban primero por su aprobación.
“Si María me quiere de indio, indio seré”, dijo Pedro Infante, en el rodaje de Tizoc, la única película en la que trabajaron juntos y la última de Infante, ya que posteriormente murió en un accidente aéreo.
Todos estos aspectos hicieron de María Félix una diva en el séptimo arte. Era amada y respetada por hombres y mujeres.
Se la rivalizó con Dolores del Río, quien era una celebridad en Hollywood, pero ambas lo desmintieron en más de una ocasión. De hecho, trabajaron juntas.
Lo que sí rechazó María fue a Hollywood. Nunca quiso actuar en Estados Unidos, prefirió el mercado europeo, como Madrid, París, Roma; incluso Buenos Aires, en Sudamérica.
En tres ocasiones rechazó ofertas de la Metro Goldwyn Mayer -la casa cinematográfica más grande del mundo de la época- para actuar a lado de los galanes más famosos de Hollywood. “(…). El papel de india lo hago en mi país. En el extranjero, solo encarno a reinas”, fue una de las frases célebres de la diva azteca. (I)
Datos
Círculo del arte
Se preciaba de ser amiga de poetas y escritores mexicanos de la talla de Xavier Villaurrutia, Efraín Huerta, Octavio Paz, Jaime Torres Bodet y Juan Rulfo. Fue modelo de Diego Rivera, Leonora Carrington y José Clemente Orozco.
4 fueron los esposos que tuvo: Enrique Álvarez, Agustín Lara, Jorge Negrete y el magnate francés Alex Berger.
También estuvo en la tv
Para la televisión protagonizó La Constitución, una telenovela dirigida por su amigo Ernesto Alonso.