Publicidad

Ecuador, 01 de Octubre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

La producción se ha exhibido en la orquídea de oro de cuenca y en el festival de mar del plata

“Manuel daba espesor psicológico a mis diálogos urgentes” (VIDEO)

Nombre completo: Álex Cisneros. Profesión: Licenciado en cine y televisión egresado de la USFQ. Actor. Director y guionista. Ha participado en obras de teatro y cine. Nacionalidad: ecuatoriana. Foto: Marco Salgado |  El Telégrafo
Nombre completo: Álex Cisneros. Profesión: Licenciado en cine y televisión egresado de la USFQ. Actor. Director y guionista. Ha participado en obras de teatro y cine. Nacionalidad: ecuatoriana. Foto: Marco Salgado | El Telégrafo
10 de junio de 2014 - 00:00 - Paul Hermann

A las 10:30, Álex Cisneros está sentado en un sofá, mirando hacia el Multicentro por la ventana de la agencia de publicidad OjoRojo. Aunque no usa barba desde hace varios años, cuesta reconocerlo sin el bigotillo postizo que usaba semanas atrás, para interpretar a Richard Hannay en la obra de teatro Los 39 escalones, de Alfred Hitchcock. Cisneros se sienta ante un afiche de su película, y empieza a responder, reflexivamente, a la entrevista.    

¿Por qué presentar la película en medio de los EDOC?
Teníamos que cerrar el ciclo. Podía resucitar John Lennon, Jim Morrison y dar un concierto la semana del estreno que no me importaba. Quería continuar con mi vida, calmarme, respirar. La fecha nos fue asignada por el Ministerio de Cultura y el CNCine, pero no tuve reparos. Además venía el Mundial y no quería esperar hasta fines de año, tal vez, para estrenarla.

Se cree que Manuel Calisto murió durante la filmación...
Manuel murió en junio de 2011, cuando ya habíamos acabado de filmar.

¿De dónde obtuvieron recursos?
Los pusimos nosotros y realizamos una colecta entre amigos y familiares. Recaudamos ocho mil dólares. No teníamos apuro de llegar a un producto final. Nos planteamos etapas; primero la filmaríamos, conseguiríamos dinero para editarla, y posteriormente para posproducirla. Si la suma de etapas llegaba a los quince años, no nos importaba, no íbamos a dejar que el tiempo, el dinero, las presiones nos frustraran. Pero a partir de la muerte de Manuel todo se aceleró. El Ministerio de Cultura se contactó con nosotros y me dio recursos. Recibir dinero estando mi “pana” muerto fue agridulce. Por suerte intervino su familia y me apoyó.

¿Qué sintió cuando vio la película terminada?
(Álex se entristece) está el Manuel presente, vivo. La gente cree que terminé la película en homenaje a él, no es así, no es una nota mortuoria ni un homenaje, es un producto de los dos. Durante el proceso de posproducción lo sentía cercano, pensaba que en algún momento aparecería.

VIDEO

Antes de que muriese Manuel se corrió la voz de que no estaba contento con el resultado...
Es que hicimos un ordenamiento de material, no un primer corte, para que concursara en el CNCine, y nos dimos cuenta de que las personas que habíamos contratado para que lo hicieran, no habían sido las adecuadas. Teníamos una historia que duraba dos horas, que no era divertida, que no tenía nada rescatable,  que estaba mal editada y salimos decepcionadísimos. Manuel no estuvo en el proceso de posproducción, en el cual realizamos una edición más prolija, incluimos la música. Este es el oficio del detalle, cada imagen gana forma con las decisiones que se toman en momentos posteriores a la filmación.

¿El escenario es teatral?
Fue pensada para una obra de teatro, efectivamente, para pocos personajes, en una locación, pero como siempre habíamos tenido la intención de hacer una película, por capricho, por destino, decidimos filmar en lugares reales. No habríamos logrado hacer una película bajo los procedimientos usuales. Usamos  luz natural y un kit de luces pequeño, por ejemplo. Nos concentrábamos en la terraza del edificio en el que vivía mi padre de 08:00 a 17:00, y cuando teníamos que ir a otras locaciones (la piscina, Papallacta), nos tomábamos una jornada, tranquilos, sin sobresaltos. La filmación duro 17 días.
Hablas de teatro, pero en realidad lo que se ve es nuestro apego por el cine clásico, que no es vertiginoso sino contemplativo, basado en el disfrute de las expresiones, de los diálogos, del encuadre.  

¿Cuánto costó hacer la película?
Alrededor de 50 mil dólares. Es nada si consideras que las películas nacionales manejan presupuesto de 400 mil dólares.  Recurrimos a amigos para que nos hicieran rebajas. Si no, olvídate...  

¿De dónde surge la historia?
Quería hacer una película con pocos personajes y pocas locaciones que fueran relevantes. Me acordaba de Apolo 13, película en la que les piden a los astronautas desde la NASA, hacer algo redondo con objetos angulares. Partí de esos limitantes y de una preocupación que tenía en la adolescencia; cuando vivía en el octavo piso de un edificio de La Carolina me preguntaba si lograría llegar, saltando, a la palmera de doce metros que había en el terreno aledaño. Escribía sin estructura ni escaletas, diálogos urgentes, a los que Manuel daba, posteriormente, espesor psicológico.  

¿Tuvieron un storyboard?
(Álex le pide a su colaborador que me muestre las páginas de papel bond que Manuel Calisto dibujó) sí, hicimos las cosas a la antigua. Me parece que llevar un storyboard a una computadora es exagerado.

¿Por qué la fotografía en blanco y negro?
Tenemos un gran cariño por el cine en blanco y negro, eso nos unió muchísimo: el cine de oro mexicano con María Félix, Agustín Lara, Pedro Infante, y también los cuentos de Hitchcock, el Show de Lucy... Sabíamos que si usábamos color en una película con mucho diálogo, el espectador se podría distraer. La historia tiene, por otra parte, un trasfondo de suspenso, y para nosotros el suspenso es en blanco y negro, no lo entiendo de otra manera.  

El final me recuerda al de Juegos Macabros, película en la que un asesino se levanta de entre los desollados y mata al que cree haberse salvado...
No vi Juegos macabros, pero estas coincidencias te demuestran que el pensamiento es universal. También me dijeron que tiene algo de Thelma y Louise, por el salto al vacío, y de 25 horas o Trainspotting por la carajeada final. Sabía del uso de ese recurso en otras películas, pero no me importó, quería que el asesino diera su propia carajeada. Debía ser larga para que su resentimiento se sintiera.  Fue divertido dirigir la voz en un estudio de grabación, con guión pero sin imágenes referenciales. La voz es fundamental pues debe volver sospechosos a todos, confundir a los espectadores, instarlos a hacer sus conjeturas. La carajeada obligó a que indagáramos en lo que pensábamos de nosotros mismos, de la ciudad, de nuestro entorno, así como en las cosas que habíamos o no logrado.

La idea es que el asesino también está pendiente de la gente que lo ve...
Totalmente. Hay un cruce de miradas, un juego de voyeuristas. El asesino también ha chequeado y sabe que sus víctimas lógicas son ellos, que están pendientes de todos.

¿Hay una crítica a los quiteños que viven de las apariencias?
Totalmente, a la gente que vive de mentiras, de hipocresías. El asesino y ellos están hartos de todo eso. A estas alturas... nos dice que es necesario dejar de mentir y ser auténticos, sin arrepentimientos y sin cargas, que es fundamental hacer lo que uno quiere, por perverso o ridículo que sea, pues eso en el fondo es lo que a uno le conviene.

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media