Se realizó del 3 al 11 de septiembre en distintas sedes de la ciudad
Manta, un espacio para la diversidad teatral
El dramaturgo y poeta alemán Bertolt Brecht dijo que “el arte no es un espejo para reflejar la realidad, si no un martillo para darle forma”, bajo esta consigna se cimentó desde el 3 de septiembre hasta el pasado viernes la edición 28 del Festival de Teatro Internacional de Manta, el más antiguo del país y uno de los más tradicionales de América Latina.
Este año se presentaron seis agrupaciones internacionales y ocho nacionales con grupos de España, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Bolivia y Ecuador. En cada obra se evidenciaron propuestas sobre la convivencia humana, el desapego al origen, conflictos, las guerras, la soledad. Durante los últimos años también se han incrementado obras clásicas como Otelo, “pero siempre con un tratamiento nuevo contemporáneo”, explicó Gabriela García, integrante de la Fundación Cultural La Trinchera, una de las agrupaciones organizadoras del evento.
El Festival se caracterizó por la diversidad. Hubo una murga montuvia con comida, baile típica y amorfinos, destacando la identidad manabita de este festival. Se presentó en exteriores del centro cultural La Trinchera la obra Cuento regresivo, del grupo Teatro Contraluz, el cual hizo suyo el bosque aledaño, con una puesta en escena montada en varias paradas iluminadas con antorchas, velas “contando un cuento” montuvio con velorio, recuerdos de la niñez, pasatiempos y la fiesta amenizada por la banda de pueblo, entre gallardetas, invitando al público a participar en el zapateo, terminando todo con el sonido de un disparo, el encuentro de machetes y volviendo a la primera escena. Es el velorio montuvio donde se le rezaba la virgen por el alma del finado. Seguidamente se encendió la fiesta cultural en el teatro.
Paralelo al festival, se desarrolló el taller de Crítica Teatral dictado por la cubana Vivian Martínez, quien además vino con la misión de investigar la escena teatral del país.
Martínez comentó que ha encontrado mucha variedad en el festival. “Hay tantas formas teatrales, he conocido grupos nuevos y me he reencontrado con amigos”, indica la mujer, quien señala que para el próximo trimestre la revista reflejará el evento internacional de Manta, del cual lleva testimonios de artistas que ha entrevistado.
Durante las clases en el taller, Martínez ha encontrado avidez y curiosidad por parte de los participantes. “Los asistentes me dicen que aquí no hay críticas y estoy tratando de dejar una semilla, porque me parece que la crítica es muy importante como una memoria del teatro y como un espacio de reflexión para los artistas, sobre lo que ellos hacen y para el público”. (I)