Publicidad

Ecuador, 22 de Septiembre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

Luis Peñaherrera, el rector 'eterno' del Bellas Artes

A la entrada del colegio de Bellas Artes, Luis Peñafiel trabajó en un mural la historia de la pintura.
A la entrada del colegio de Bellas Artes, Luis Peñafiel trabajó en un mural la historia de la pintura.
Foto: Alfredo Piedrahíta / El Telégrafo
23 de agosto de 2016 - 00:00 - Redacción Cultura

El viernes por la tarde, los docentes que formó Luis Peñaherrera en el Colegio Fiscal de Bellas Artes le armaron un homenaje. Pintores como Pedro García Vera -de quien dicen es el mejor discípulo de Peñaherrera- o Luis Chávez tomaron sus cuadros de desnudos y retratos sobre sus caballetes para exhibirlos en el salón de actos.

La muestra abre con una instalación que recrea el concepto bíblico de Vanitas vanitatis, la idea de que el hombre se mueve por vanidad, a pesar de ser finito. A través de la pintura este concepto cuestionaba las pretensiones en la Edad Media. La instalación está frente a un cuadro de Peñaherrera. Aparece como una figura que inspecciona criminalística, los rastros de un muerto bajo la consigna: Mi primer hogar, mi casa; Mi segundo hogar, Bellas Artes.

La noche del sábado, más de 24 horas después de haberlo homenajeado en su ausencia, Peñaherrera murió. El domingo sus familiares lo velaron en Jardines de Esperanza y la escena mediática lo recordaba por haber secundado el legado de Jaime Salinas, en su icónica figura de Juan Pueblo. “Hasta siempre, Don Lucho”, dice una de las imágenes que se utilizó en redes sociales para su despedida con un Juan Pueblo en blanco y negro que se quita el sombrero. “Gracias por toda la magia señor Peñaherrera”, escribió su discípulo García.

Peñaherrera fue durante 33 años ininterrumpidos rector del Colegio de Bellas Artes, allí reside gran parte de su obra plástica y el recuerdo de su trabajo como forjador de la única institución de su tipo.

Al entrar al Colegio de Bellas Artes, en el sur de Guayaquil, hay un mural que cubre todo el frente de la institución y que con rasgos de la pintura clásica recorre la historia del arte y mezcla las rivalidades de Miguel Ángel y Leonardo Da Vinci. En un aula, a la izquierda, hay una réplica del cuadro de Miguel Ángel en la capilla sixtina. Todo es de ‘Don Lucho’. “Él fue, sobre todo, un buen hombre, no le decía que ‘no’ a nada y su obra está aquí, la dejó gratis”, dice Manuel Zevallos, docente de la institución.  A través de su gestión, el Bellas Artes logró construir los últimos edificios con los que se amplían los espacios para el trabajo de los alumnos y el salón de actos. De acuerdo a Zevallos, una de sus preocupaciones fue dejar a sus alumnos en la docencia. “Así es cuando uno vive mucho tiempo en una casa, no se quiere ir, pero quiere que la cuiden”.

En la sala de profesores, Peñaherrera retrató a las personas que contribuyeron a la construcción de la institución, entre ellos Juan José Plaza, quien consiguió el terreno en donde se levanta la institución, junto a otros rectores. Peñaherrera es el gran ausente. “No le gustaba pintarse a sí mismo, ni que le rindan homenaje”.

En el Rincón de los Amigos, en Gómez Rendón y Esmeraldas, un lugar emplazado ahora por un taller mecánico, había un mural de Peñaherrera. Allí se retrató el ambiente en el que vivía, en la bohemia con Julio Jaramillo. “Qué buena bohemia de aquella época”, dice Zevallos. Más tarde aquel medio se trasladó a su taller, en el centro de Guayaquil. “Si uno quería fiesta sabía que eso estaba abierto desde las 6 de la tarde hasta la madrugada”, rememora Zevallos.

A pesar de que Peñaherrera tomó un curso con Walt Disney y se recuerda como caricaturista, él prefería pintar. “Le gustaba lo clásico y era amante del desnudo, pintaba mujeres en minutos y eso se encargó de dejar en sus discípulos”, acota Zevallos. (I)

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media