Los circuitos por 5 barrios de la ciudad y sectores aledaños permiten dar a conocer el proceso de los creadores
Los valles, nuevos polos artísticos de Quito
Noventa talleres de artistas, diseñadores, artesanos y danzantes, distribuidos en varios puntos de Quito, abrieron sus puertas al público el fin de semana, en el marco del Verano de la Artes, organizado por el Municipio de la capital.
Un mapa especialmente creado para la ocasión sirvió de brújula para que los aficionados del arte recorran distintas rutas que acogen los espacios de trabajo de una multiplicidad de creadores: San Juan, San Marcos y La Ronda (ubicados en el Centro Histórico); La Floresta y Guápulo; y los valles: Cumbayá Tumbaco y Nayón.
La quiteña María Pérez fue la coordinadora del circuito. Explica que el evento Talleres Abiertos, en el que participaron 150 artistas, es una oportunidad para que el público interactúe con el creador sin intermediarios y una manera de generar contactos con los barrios.
“Cuando expones en una galería, el arte se vuelve objeto para ser expuesto y pierde el contexto de su creador y su hábitat. Esta es una manera de acercarte, conocer la manera de pensar de los artistas, su manera de respirar el arte”, asegura, desde su taller ubicado en el barrio Guápulo y que comparte con la pintora Paula Barragán y la ilustradora Dolores Salgado.
El sábado, el circuito se enfocó en el Centro Histórico de la ciudad, donde se ubican 25 talleres. No todos ellos se destinan a las artes plásticas: el dúo Los Amigos abrió las puertas para un ensayo con público, en San Marcos y la casa-teatro Pataffelongo hizo lo mismo en el barrio de San Juan.
La Floresta es una zona de la ciudad donde se asientan artistas emergentes y tiendas de diseño independiente, como Chucherías Arte Objeto, de Alexandra Moshenek.
En ese barrio, sobre la calle Lugo, se ubica la casa del colectivo Hormiga, compuesto por diseñadores, artistas y gestores. Aprovecharon la oportunidad para crear un mural interactivo que se fue construyendo a lo largo del sábado, a partir de las visitas que llegaban.
“Como creador es complicado porque necesito ciertas condiciones para presentar mi trabajo, aunque siempre es vital enseñar y saber que piensa la gente, eso es lo que hace la obra al final. Estuvo bueno porque expuse bocetos míos que nunca enseño, cosas más íntimas”, cuenta David Sur, quien forma parte de Hormiga.
Cumbayá, Tumbaco y Nayón se erigen como nuevos polos artísticos de la ciudad. Esta zona reunió 32 talleres y espacios, algunos dedicados al arte emergente, como Pentasiete, y otros de artistas consagrados como Eduardo Villacís y el pintor Miguel Betancourt.
La iniciativa de abrir los talleres al público ha tenido antecedentes, como el Paseo de Guápulo que se realiza dos veces al año.