Aunque muchos quieran dar de baja al teatro costumbrista o a la comedia de doble sentido, el público aún se siente convocado por estas formas del arte dramático. Así lo demostró la presencia de 120 personas en la apertura de la IV Fiesta del Teatro, las cuartas Olimpiadas del Humor -cuya madrina fue la reina de Guayaquil, Melissa de la Vega-, en el Teatro Fedenador (km 4 1/2 vía a Daule), la noche del lunes.

No fue un público masivo como en las 3 ediciones anteriores que llenaron el Teatro José Martínez Queirolo, de la Casa de la Cultura, Núcleo del Guayas, el Centro de Arte y el mismo Fedenador, en 2008, 2009 y 2010, respectivamente. Hubo mucha emotividad entre los actores que a través de Uniteatro Guayas, Asociación de Actores de la provincia del Guayas, iniciaron los festejos por el Día Internacional del Teatro, reconociendo a sus compañeros destacados, recordando a quienes ya no están y, sobre todo, actuando para un público que no paró de reír. Muchos fueron aplaudidos y vitoreados como estrellas.

Hubo presentadores de teatro y televisión: Henry Layana, Marcelo Gálvez, Gustavo Navarro, Flor María Palomeque, en el personaje de la Mofle; Johnny Shapiro y Roberto Chávez. Augusto Enríquez y Marina Salvarezza, presidente y vicepresidenta de Uniteatro Guayas, fueron los recurrentes maestros de ceremonia. En una instancia, Salvarezza, junto a Mauro Guerrero, leyó el Mensaje por el Día Internacional del Teatro 2011, escrito por la ugandesa Jessica A. Kaahwa.

La apertura estuvo a cargo de mimos, payasos y zanqueros de Proescena, centro de formación y grupo liderado por Luis Aguirre, además de sketches del Guayaquil de hoy, a cargo de los jóvenes de Scaramussa y su director, Héctor Garzón. Luego Sandra Pareja y Oswaldo Segura, de La Mueca, hicieron humor de doble sentido y juegos con doblaje de canciones conocidas.

Ellos solo mostraron un fragmento de su obra sobre un matrimonio en crisis y a punto de divorciarse, para al final, con el público atrapado en la red de su humor, hacer la invitación para ver el resto de la obra en su sala, Teatro del Ángel. Siguieron el grupo Ubriaco, Juan José Jaramillo y Víctor Acebedo, que jugó con iluminación y ruptura de la cuarta pared para ponerse en la piel de la complicada Alicia (Acebedo) y los hombres en su vida (Jaramillo). De ese humor más moderno se dio paso a una estampa de los vendedores ambulantes de Guayaquil, a cargo de CLOU Proyecto Teatral, en la que brilló Guido Mora como un guayaco “sabroso” que hablaba más desde el gesto que desde el reconocido acento.

El género clown estuvo a cargo de 6  graduados de Proescena, quienes hicieron las veces del director de una grabación, su asistente y 4 actores. El director pedía al público dar la orden para rodar y obligaba a los actores a hacer el sketch como él lo quería, mientras ellos lo interpretaron en clown, gags, tono juventud urbana y tono de filme de la mafia; el último encantó al director, quien dijo que irían a Hollywood, hasta que su asistente, a la que sacó varias veces del set, le comunicó que no había cinta.

Los  últimos participantes fueron Titiripán, con un fragmento de El retablillo de don Cristóbal, obra española de un humor más picaresco y negro, que más que lograr risas llamó la atención en algunos presentes por la falta de escenografía.

A continuación, Roberto Chávez dio paso a Fernando Villao, de Los Licenciados del Humor, que con su experiencia en el teatro de la calle y stand up cerró con broche de oro la velada.

Antes de Titiripán, Johnny Shapiro hizo una apología de cómo vivir del teatro y elevar el nivel de lo que se ofrece; además, agradeció a quienes hicieron del teatro un espectáculo en la ciudad: Cécil Villar, Raúl Varela, Enrique Fuentes, Enrique Pacheco y Antonio Santos.

Layana cortó a la mitad el acto al pedir un aplauso por los compañeros que los acompañan en espíritu, en especial para Alfredo Martínez y Francisco Palacios. A ellos también se les otorgaron dos de los premios Enrique Ponce Morán, que Uniteatro ofrece  a los más destacados teatreros.

Los entregaron Tábata Gálvez, Xavier Pimentel, Andrés Garzón, Mercedes Payne y Geovanny Dávila.