Los museos de Guayaquil requieren ajustes técnicos

El arquitecto Esteban Delgado asumió la Dirección de Cultura de Guayaquil hace dos meses. No tiene metas a largo plazo, pues considera que con las próximas elecciones las autoridades podrían cambiar. Ha considerado acciones más inmediatas, la mayoría de ellas urgentes en cuanto a la infraestructura de los ocho museos que conforman la Red de esta dirección, entre los cuales se encuentran los repositorios de las zonas afectadas de Manabí.

Entre sus planes está la catalogación de las piezas arqueológicas de reservas, solucionar filtraciones de agua, techos dañados y arreglar aires acondicionados. Delgado plantea volver más eficiente la gestión con un personal que, desde que el Ministerio de Cultura y Patrimonio (MCyP) absorbió en 2013 el área cultural del Banco Central (BCE), varía en cada museo, tanto en especialización, como en cantidad.

Las colecciones

Desde 2004, cuando se abrió el Museo de Arte Antropológico y Contemporáneo (MAAC), a cargo del BCE, se pensó como un repositorio para los constantes descubrimientos arqueológicos de la zona costera de Ecuador. El actual Centro Cultural Simón Bolívar (CCSB) alberga 50.000 piezas arqueológicas.

Desde entonces, no existe una catalogación detallada, además del registro, de acuerdo a Delgado. Este trabajo se está desarrollando actualmente con una cooperación japonesa de antropólogos y arqueólogos junior. La colección de arte moderno del  Centro tiene 3.250 obras de arte. Muy pocas de estas son del siglo XIX, la mayoría corresponde a trabajos del siglo XX y, las más recientes, pertenecen al siglo XXI.

Para dinamizar su acceso se está trabajando en la digitalización de las colecciones, además de ciertas exposiciones históricas que se efectúan tanto en el territorio como a nivel nacional. Según Delgado, “aún existe bastante personal administrativo y poco personal técnico, que eso es un poco una herencia del Banco Central: hay pocos restauradores, conservadores, gestores, investigadores, pero ese personal ha sabido adaptarse y aprender. Hay gente que tiene título de ingeniero comercial y ha aprendido algún trabajo técnico, unos lo hacen mejor que otros”.

El siguiente paso —aclara— es adaptarse al nuevo Sistema Nacional de Cultura, que se implementaría con la aprobación de la Ley de Cultura. Dentro de esta normativa se plantea la posibilidad de que los museos se conviertan en unidades de gestión desconcentrada, con lo cual se homologaría el personal técnico y administrativo que trabaja en los museos: todos tendrán que tener director, custodio, catalogador, conservador, además de otros servicios del Instituto de la Memoria Social, que prestará servicios a cada museo.

Infraestructura

Larissa Marangoni, la artista que precedió la labor de Delgado en la institución, priorizó arreglos en los repositorios como el cambio de una bomba de agua dañada y filtraciones en el Museo Presley Norton. En el CCSB sellaron filtraciones, además de haber realizado un mantenimiento constante al aire acondicionado que —según confirmó Marangoni— no se podía profundizar pues se instaló durante una administración anterior y nunca funcionó, “por lo que está en observación de Contraloría”.

En el mismo Centro se cambió todo el sistema de conexión de celdas eléctricas de la parte externa, pues provocaba apagones constantes. Sin embargo, según Marangoni, “hay problemas de infraestructura muy graves que requieren una alta inversión”.

Uno de ellos es la losa de la explanada del Centro, pues tiene filtraciones que ocasionan molestias. “Principalmente en la zona de las reservas”, constata Delgado, a pesar de que según Sarah Bermeo, custodia de la colección de arte moderno, esto no ha afectado a las colecciones.

A través de un préstamo al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Delgado espera impermeabilizar todas las áreas hasta fin de año, pues afirma que  “es un peligro. No se puede tener baldes junto a los cuadros”. Y mediante un préstamo similar, la dirección tiene planes de reemplazar acondicionadores de aires obsoletos,  entre ellos estarían los 33 del Archivo Histórico, donde de acuerdo con un informe de Contraloría de 2015 “difieren en cantidad, número de serie y capacidad en relación a las especificaciones técnicas” que constan en el contrato.

Marangoni considera que “hay que pensar qué es lo que el Ministerio de Cultura va a hacer con los museos. No ha habido una meta común para establecer lineamientos sobre su función en los territorios. Si no son para la ciudadanía entonces habría que cerrarlos  porque representan un costo muy alto. No están teniendo el impacto que deberían poseer y es consumo para una minoría. Tu parte operativa no puede exceder a las personas que la visitan. No solo se debe proponer agenda para que el museo tenga actividades y sobreviva, sino manejos de la cultura en la comunidad y en el territorio. Los museos deben ser parte del pénsum educativo y dejar de pensarse como espectáculos. Uno de los problemas es que con cada cambio en el Ministerio llega una nueva agenda personal”.

Para Delgado incrementar el impacto de los museos en la ciudadanía consiste en mejorar la gestión, crear actividades alrededor de las muestras, y fidelizar las visitas al Centro Cultural, organizándolos como una asociación. El nuevo director de Cultura tiene en agenda cambiar los horarios de los museos, reabrir la cafetería en el CCSB (gestión que también se hizo con Marangoni) y trabajar en convenios para incrementar las visitas de colegios y turistas. (I)