50% de descargas ilícitas se producen en ee.uu. y 12% en el mismo japón. son $ 520 billones de pérdidas
Los ‘Guardianes del manga y el anime’ luchan contra la piratería
“Hace una década, algunos ‘piratas’ solían subir ilegalmente el anime solo porque querían llamar la atención. Otros amaban tanto el manga que lo traducían. Pero ya no es así. Ahora todo es por dinero”, dice un mensaje en la web manga-anime-here.com, lanzada por el Comité Antipiratería del Manga y Anime, creada en 2013 por el Ministerio de Economía, Industria y Comercio de Japón, e integrado por las 15 principales editoriales y productoras de manga y anime de Japón.
La entidad intenta combatir la distribución no autorizada de sus productos en internet, tanto en el país asiático como en el extranjero.
La iniciativa, llamada ‘Manga-Anime Guardians’, intenta cumplir 3 objetivos: retirar materiales subidos a internet sin autorización de sus titulares, guiar a los consumidores de estos productos desde estas páginas a otras legitimadas por las entidades y fomentar la importancia de respetar los derechos de autor de estas obras entre sus seguidores.
Desde el 1 de agosto, durante los próximos 5 meses se retirarán unas 580 obras colgadas sin permiso en internet y se buscarán nuevas páginas que hayan subido productos sin autorización.
La web manga-anime-here.com, facilita enlaces para efectuar descargas de pago de muchos títulos de manga actuales.
El proyecto busca atajar la distribución no autorizada en la red de series y películas de anime, que suelen ser subtituladas para el público extranjero por grupos de seguidores que aseguran no tener afán de lucro y buscar con ello la difusión de materiales que o no se distribuyen en estos mercados o lo hacen con mucho retraso.
Con el mismo objetivo aseguran actuar los individuos involucrados en el llamado scanlating, fenómeno que también pretende atajar esta iniciativa, que consiste en escanear páginas de manga, borrar los textos originales en japonés e introducir traducciones por cuenta propia en distintos idiomas para subirlas a internet.
El problema se desata porque muchas páginas que albergan estos contenidos sí podrían estar generando ingresos por- publicidad.