Los cursos de nivelación en este centro culminará en agosto
Los estudiantes de UniArtes buscan diversificar el cine nacional
Charles Chaplin empezó a actuar en las calles de Londres. Las películas, Hollywood y el éxito llegarían poco a poco, con la suma de su esfuerzo y su capacidad irreverente para la actuación y, sobre todo, su forma particular de ver el mundo a pesar de representarlo en mute.
Si las ganas de Chaplin revivieran hoy su trabajo para la pantalla grande posiblemente sería más sencillo con la digitalización del cine. Las herramientas para concretar un trabajo audiovisual ya no dependen del celuloide importado ni de las cámaras especializadas para su proceso, y también es posible un éxito sin esperar nada de Hollywood.
El crecimiento de las escuelas de cine es paralelo a la facilitación del proceso de producción y con ello la apertura de la oferta laboral.
En Ecuador, hasta 2013 las posibilidades de estudiar una carrera de cine y artes audiovisuales estaban limitadas a la oferta privada. En enero de 2014 la inauguración de la Universidad de las Artes en Guayaquil abre la posibilidad para la formación gratuita de interesados en este campo. Es así, que en el curso de nivelación de la primera promoción de la UniArtes 109 jóvenes de 168, de entre 20 y 30 años, aspiran a ingresar a la carrera deCine y Artes Audiovisuales para formarse e innovar el trabajo del cine nacional.
¿Pero de qué manera se van a financiar? Por ahora, el trabajo de los docentes durante la nivelación, que concluirá en agosto, es involucrar a los estudiantes con el lenguaje audiovisual. Alfredo Fernández, docente cubano especializado en estudios socioculturales que integra el cuerpo docente de la institución, comenta que cada profesor tiene una visión distinta sobre el cine. Por su parte, Fernández dice que intenta involucrar a los estudiantes con el cine latinoamericano y las tendencias contemporáneas.
A 2 meses de concluir el curso de nivelación para el ingreso a las clases regulares 5 aspirantes a la carrera de Artes Visuales visualizan su trabajo como profesionales.
Samantha Rodríguez, joven de 21 años que vino de Quito para ingresar a la universidad, dice tener en mente “cientos de ideas”, entre estas “trabajar en películas de animación y salir del contexto en el que todo el tiempo están en las películas ecuatorianas”. El financiamiento no lo tiene claro, pero dice que “hay un montón de formas”, entre esas de la empresa privada. No descarta, aplicar una postulación en el CnCine, a pesar de que considera que el financiamiento “siempre llega al mismo grupo”.
Para William Riveiro, exestudiante de psicología, uno de los factores fundamentales para promover el cine sería que los artistas no salgan del país, que los proyectos sean los que viajen. Entre sus opciones de financiamiento está participar en concursos nacionales y también pensar en formas que permitan atraer la inversión extranjera y -comenta- que todos los que quieran hacer algo de cine también inviertan.
César Eduardo Galarza manifiesta que siempre se ha interesado por el pensamiento crítico y la gestión de arte como plataforma. A sus 32 años y con ya varios estudios en la materia considera que antes que nada es fundamental pensar en la formación del público nacional y replantearse la forma en la que se escribe el cine, pues -dice- hay muchas historias por escribir y algunas que ni siquiera están escritas.
A ese interés por plantearse una nueva forma de trabajo se suma Christian Rojas, un lojano que antes de empezar sus estudios en la Universidad de las Artes estaba listo para hacerlo en una universidad privada de Quito. Rojas es el único de los entrevistados que ha participado en producciones nacionales que se han concretado y asegura que siempre se visualizó haciendo cine, y como ese será su trabajo cree que el dinero llegará. Entre sus ideas de financiamiento destaca opciones de fondos en el exterior, como Ibermedia.