Los diálogos en cultura tienen enfoques diversos

El pasado lunes, más de 300 personas de todas las edades -entre gestores culturales, delegados de gobiernos autónomos descentralizados, funcionarios públicos, investigadores, arqueólogos, pintores, artistas contemporáneos, poetas, músicos y payasos– reiniciaron los diálogos del sector cultura. Y esta vez lo hicieron bajo la consigna que plantea el Decreto Ejecutivo 49, en el que se establece “como política prioritaria de Gobierno el fortalecimiento de los espacios de participación ciudadana, el diálogo amplio y permanente con todos los sectores de la sociedad”.

Los encuentros, que continuarán esta semana en Cuenca y Loja, y que cerrarán la próxima semana en Quito, a propósito del Día Nacional de la Cultura, arrancaron en el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC), en Guayaquil. Esteban Delgado, de la Dirección de Cultura de Guayaquil, Pablo Salgado, como delegado del Ministerio de Relaciones Exteriores, Andrea Nina, viceministra de Cultura, y Adrián López, gerente nacional de Senplades, dedicaron un espacio para reafirmar las palabras del presidente Lenín Moreno cuando dice “nada para ustedes, sin ustedes”. “Tiene que construirse una política pública con los artistas, con los creadores, no podemos suprimir agendas a sus espaldas”, dijo Salgado.

“Con esta actividad cerramos las fiestas julianas”, dijo López, quien participó en el encuentro con la exposición breve del Plan Nacional del Buen Vivir 2017 en diapositivas, con el cual dejó en claro que la política pública que debe crearse define también los techos presupuestarios de las distintas instituciones del Estado.

“Qué bien estar aquí, pues un día como hoy, hace 11 años, se inauguró este emblemático museo”, dijo Esteban Delgado, quien preside la Dirección Cultural de Guayaquil y desde la cual se gestionan arreglos en la infraestructura del MAAC, que presenta problemas como filtraciones de agua -desde hace más de cuatro años- y que se fundó, en realidad, hace 13, en 2004.

Una vez concluidos los discursos se organizaron mesas de diálogo, divididas por sectores: el de Memoria Social y Patrimonio; y las de Emprendimiento, Artes e Innovación, subdivididas en las de artes escénicas, plásticas, literarias, cinematográficas, diseño y aplicadas.

Cuarenta y cinco minutos después de iniciar las inscripciones, varias de las mesas estuvieron medianamente armadas. Entonces, inició un nuevo discurso, esta vez desde quienes trabajan en el sector y que –a pesar de la aprobación de la Ley Orgánica de Cultura, vigente desde el 30 de diciembre de 2016– creen que hay muchos pendientes.

“Tanto tiempo estuvimos dialogando por la ley y ahora estamos aquí sin que el Estado aún pueda garantizar plenamente nuestros derechos”, dijo uno de los participantes de la mesa de artes plásticas, una de las más grandes de la convocatoria. En esta, copada por artistas de la Asociación Cultural Las Peñas, con algunos infiltrados que trabajan en arte contemporáneo, el diálogo divagó entre el problema por la ocupación de los espacios públicos y cómo el Municipio de Guayaquil permite que “se vendan maduros con queso al lado de donde los artistas promocionan sus obras de arte”, dijo otro de los participantes.

Para organizar el diálogo, el Ministerio de Cultura y Patrimonio estableció una matriz, con una serie de ejes para delimitar las propuestas. Los ejes eran investigación, creación, formación, capacitación, circulación, emprendimientos e industrias culturales, interculturalidad y consumo. “¿Qué podemos plantear en investigación”, preguntó la moderadora de la mesa de artes literarias a su grupo. Antonio Ayoví, quien integraba ese espacio, dijo que uno de los temas que debe abordarse es “¿por qué a los ecuatorianos no les gusta leer?”. Daniel Darquea planteó, en esa misma línea, que hay que pensar cómo vender los libros, el producto.

En la mesa de artes escénicas uno de los debates principales se centró en el reconocimiento de los actores del sector por su trayectoria, la liberación de los espacios públicos y cómo no se despliega mayores especificaciones sobre el rol del artista, específicamente de los malabaristas y titiriteros, un gremio que se considera invisibilizado.

Andrea Nina dijo que estos espacios de diálogo permitirían estructurar las distintas redes que define la Ley  Cultura, a través del Sistema Nacional. “Queremos empezar a conformar espacios de diálogo permanente, como establece la ley”, señaló la funcionaria. Con las distintas necesidades matizadas a través de estos diálogos con personas de la sociedad, Nina espera que se estructuren las bases para los Fondos Concursables, una vez que se ejecute la creación de las entidades pendientes, como el Instituto de Cinematografía y de Artes (ICAA). (I)