Los Cuadernos de la Tierra llega al Teatro Nacional
La frase existencial: “Señor, mi geografía es un ancho cementerio repetido”, se escucha sobre las tablas del Teatro Nacional. Es pronunciada por un corifeo —con vestuario griego y un gorro andino— que interpreta José Ignacio Donoso, el actor que más experiencia tiene en estas lides entre la docena que lo acompaña durante los ensayos de la obra Los Cuadernos de la Tierra.
En otra escena, después de la conquista, Donoso encarnará a un sacerdote. Los Cuadernos de la Tierra es el título general de 6 libros que el escritor Jorge Enrique Adoum (1926-2009) publicó entre 1952 y 1993 y en los que poetizó la historia de Ecuador.
Los actores —hombres primitivos y nómadas que formarán etnias en disputa hasta la llegada del incario, al inicio— son miembros del colectivo Teatro Ensayo. Donoso dice que “Adoum es un poeta oscuro en su forma de expresarse, hay que releerlo para entender el sentido de las cosas que escribió” y Antonio Ordóñez —director de la obra— recuerda que la cadencia del autor ambateño era especial. “Como cuando Neruda recitaba y parecía estar muriendo”, sonríe Donoso para concluir: “Los poetas son malos recitadores”.
La métrica y ritmo de los versos de Adoum marcaron esta adaptación desde las lecturas de quienes la interpretan. “Hay que romper con el texto, precipitarlo en unos casos, atenuarlo en otros durante la puesta en escena”, explica Ordóñez, quien escribió el libreto de la obra después de haberlo hecho para adaptar los poemas a teatro-danza. También se basó en una cantata que el Teatro Ensayo hizo hace varios años, recuerda la coreógrafa Marisa Crétènier, quien ya ha participado en otras adaptaciones que el colectivo ha hecho a partir de obras literarias, como El Decamerón, Las Flores del Gueto o El Romancero Gitano, de Federico García Lorca.
Durante la obra —que incluye cambios de vestuario y escenografía en escena— aparecerá una de las carabelas y, al final, un Francisco Pizarro interpretado por Roberto Guerrero revelará al personaje histórico como el hijo bastardo de un capitán que era porquerizo y se embarcó casi por azar, en búsqueda de uno de sus cerdos, ya a una edad avanzada.
“Adoum describe a Pizarro con esas características, bastante ligado a los azares del destino por ser aventurero”, recuerda el actor, quien halló testimonios históricos que reforzaban la visión del poeta.
Uno de los pasajes de Pizarro es tan existencial como la obra en sí: “Mirad, no tengo padre. El gran capitán olvidó a la moza, criada de las frailas. No tengo más apellido que el robado por su gota de semen. No me resta de mi infancia sino el áspero quejido de una gorda. No aprendí más juego que el de secarme con arena el llanto. Hablo del conquistador, exporquerizo que no sabe leer ni escribir, endeudado, adulterino... todo debido a las interrogaciones sobre el nombre que mi madre aprendió para mí entre sus muslos”, desgrana Guerrero sobre una de las butacas del teatro vacío.
“Es una de las formas del desarraigo identitario que ha marcado al ser español y símbolo de la Conquista en Sudamérica”, explica el actor. Viviana Muñoz, su compañera de reparto, dice que hay personajes-colectivos, seres humanos que representan a muchos en las cuatro circunstancias que contiene la obra.
“Es un reto interpretar textos en verso —admite Muñoz— porque siempre se tiene la dificultad de tratar de romper con el ritmo del poema, hay que evitar caer en la recitación, en un ritmo monótono, algo que no pasa con obras escritas en prosa”. La actriz tiene 25 años, lleva 3 en las filas Teatro Ensayo y sostiene que hay que irse detrás de la palabra para poder entender lo que se va a interpretar, lo que quiso decir el autor con esas palabras. “Ahí empieza a formarse el ritmo, cuando se entiende lo que se dice y hace en escena”. Las Troyanas, de Jean Paul Sartre, fueron los primeros versos que ella llevó sobre las tablas.
En Los Cuadernos... hay elipsis en que se funden personajes y ambientes. Su montaje le tomó 8 meses al elenco, en un proceso que tuvo interrupciones y que se estrena hoy, a las 19:30. Ordóñez explica que algunos pasajes de la obra dialogan con amigos de Adoum a través de su inclusión textual: Eduardo Galeano, Carlos Fuentes o Leopoldo Benítez Vinueza. El precursor de la Independencia, Eugenio Espejo, aparecerá al final, como una representación del despojo moderno que “nos permitirá reflejar los tiempos actuales”. (I)
Datos
Los Cuadernos de la Tierra es una serie poética de Jorge Enrique Adoum que derivó en la versión escénica de Teatro Ensayo en la que una docena de actores interpretan a un centenar de personajes, incluso históricos.
Antonio Ordóñez es el director de la obra. “Al inicio, hay un sistema de creación de frases que, después, tendrán el contenido del poema. Acondicionamos las improvisaciones en este proceso”.
José Ignacio Donoso es actor y miembro recurrente de Teatro Ensayo, colectivo que integra desde su inicio. Estudió en la Escuela de Arte Dramático a mediados de los sesenta. Fundó el Grupo Experimental de Teatro de la Pontificia Universidad Católica.
Marisa Crétènier fue la encargada de la coreografía. Los miembros del elenco son actores que danzan y participaron en la construcción de la versión, investigando. (I)