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Los coros ponen voces y almas al sentir navideño

Los coros ponen voces y almas al sentir navideño
18 de diciembre de 2011 - 00:00

Hablar de Navidad inevitablemente a muchos traslada en un viaje por los villancicos. Ese género musical y poético que data del siglo XII (en el que se recitaban versos en canto popular en las fiestas) y que posteriormente fue trasladándose a las iglesias como una forma de rendir homenaje al nacimiento de Jesús, es interpretado por los coros.

Guayaquil no se abstrae de ellos. Escuelas, colegios, universidades, iglesias e incluso hospitales hacen de esta actividad artística una forma de celebrar esta fecha.

Para Francisco Aguilera, director del coro de niños de la Universidad de Guayaquil, esta época sirve para dar a conocer que hay un movimiento coral en la ciudad, que pasa desapercibido durante el año. “Nosotros somos un coro con larga trayectoria, pero desafortunadamente las personas creen que los coros solo existen en Navidad y que solo cantan villancicos”.

La actividad coral en el país, a pesar de que no hay una escuela profesional dedicada a esta práctica, está en aumento y eso para José Criollo, director del coro infantil de la Fundación Orquesta Sinfónica Juvenil del Ecuador (Fosje), es bien visto, “mientras más actividad haya, me parece mucho mejor. Es algo que debería hacerse siempre en la escuela como parte de una formación integral. (...) Hay coros de todo nivel y eso es respetable, yo creo que los coros, por muy pequeños en calidad y en tamaño de integrantes, son importantes porque se los intenta formar en base a las posibilidades que tiene cada institución”.

En la ciudad la mayoría de establecimientos educativos cuenta con un grupo coral. Algunos se forman por motivo de las fiestas navideñas, otros, como es el caso de los colegios Delta y Cayetano Tarruel, funcionan durante el año y realizan presentaciones en diferentes eventos internos o de concurso.

18-12-11-cultura-coros-niniosLas voces blancas, como se llama a los coros de niños, suelen ser las más solicitadas en estas fechas, por su sonoridad y la imagen de pureza que proyectan los integrantes. Las voces mixtas, conocidas como coro de adultos, también realizan presentaciones en esta época del año.

El coro de la Universidad Católica de Guayaquil, conformado por estudiantes de las facultades, se presenta durante   el año en las diversas actividades institucionales, y en esta época, además, interviene junto con la Orquesta Sinfónica de Guayaquil.

Los adultos mayores también desarrollan esta actividad artística en el transcurso del año, como parte de un proyecto creado por el Hospital del Día, que nació a partir de la necesidad de integrar a este grupo de la sociedad que a veces es “relegado”, así expresa el Dr. Carlos Villacrés Velasteguí, pianista y director del coro, que fue formado en marzo de este año y que está compuesto por 36 personas en edades de entre 48 y 85 años.

El repertorio que se emplea en las presentaciones varía dependiendo de la tesitura de las voces que tengan los integrantes del coro. “Un buen director sabe reconocer qué tonos tiene dentro de su grupo y las aprovecha a la hora de seleccionar las canciones”, explica Francisco Aguilera.

Para Criollo es de suma importancia que el director coral tenga amplios conocimientos, especialmente cuando se trabaja con niños, ya que -afirma- trabajar con la voz es delicado, porque es orgánica y “sí no se conduce bien a un niño, que solo aprende por repititividad, hay riesgos de destruir la voz, de deformarla”.

Los coros que toman protagonismo en estas festividades son los de las iglesias, la temática que utilizan se concentra en la Navidad y sus personajes (el niño Jesús, la Virgen María, José, los Reyes Magos, los pastores, el pesebre, etc.). Los ensayos para todos los grupos corales se intensifican desde finales de noviembre, fecha en la que seleccionan las canciones y practican para los conciertos que ofrecen durante todo diciembre.

En la iglesia católica San José, al sur de la urbe, los ensayos durante este mes se triplican. Sofía Jaramillo, integrante del coro, cuenta que normalmente ellos se preparan una vez por semana, durante todo el año; pero en estas fiestas aumentan a tres veces, por dos horas y media cada una, para alcanzar un buen nivel y cantar los villancicos en la liturgia y en la entrega de regalos que organiza la parroquia.

El coro de la iglesia cristiana evangélica Galilea, ubicada en Urdesa, en cambio se conforma solo por este mes, con jóvenes que son parte de esa comunidad. Ellos ensayan tres veces a la semana, alrededor de dos horas por día. Para Sabrina Di Luca, soprano, pertenecer al coro es una manera de alabar a Dios.

Para algunos esta actividad es una forma de demostrar su amor a un ser supremo, otros lo hacen por vocación artística, muchos por ser parte de una experiencia de la infancia y algunos para sentirse vivos.

Navidad es el escenario ideal para que los coros recobren la fuerza que muchos de sus integrantes esperan que tenga durante todo el año y la oportunidad para que el público se deleite con sus voces.

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