Leonel Beltrán sigue las huellas artísticas paternas
Cuando Leonel Beltrán (Quito, 1973) era apenas un niño de 8 años, acompañaba a su padre Luis en sus presentaciones artísticas de bailarín y luego como fundador del Ballet del Ecuador en 1989.
Eso fue más que suficiente para que la herencia cultural, más allá del ADN, se posesionara de su ser y le inspirara un destino artístico.
“Al graduarme me di cuenta de que el arte estaba en todas mis áreas”, recuerda. Y así fue que el joven Leonel Beltrán estudió artes escénicas en la Universidad Central del Ecuador.
El resto dependió de su talento y entusiasmo, pues la música también lo motivó a convertirse en percusionista de varias agrupaciones.
Pero la danza no la abandonó y fue uno de los principales pilares en los que construyó su talento.
“Siempre estaba bailando en los grupos con los que nos íbamos de giras”.
Cuando se dio cuenta, ya dirigía grupos colegiales del programa Nuevo Rumbo Cultural del Ministerio de Educación, en los años 90.
“Fue una buena experiencia y mi primera relación con la educación”.
Luego Leonel estudió ingeniería de sonido en la universidad para profesionalizarse. Esto le sirvió pues invirtió en modernos equipos para ofrecer el servicio para shows en vivo.
Ballet del Ecuador
Fiel a la carrera de su progenitor (Luis Beltrán), Leonel se desempeña actualmente como director escénico del Ballet del Ecuador.
“Empecé de muy pequeño bailando en el grupo y me quedé hasta hoy”, comenta satisfecho.
Son muchas las disciplinas artísticas que ha cultivado el artista. Por ello, cuando se le pregunta con cuál se define, no duda en resumir: “Soy un profesional de las artes escénicas”.
Además de bailarín es actor, músico, profesional del sonido y en los últimos años docente, por lo que busca compartir sus conocimientos con las nuevas generaciones.
Su vocación de enseñanza la aplica en el Colegio La Providencia, donde instruye a los estudiantes.
En ese sentido, su vida artística es muy dinámica, pues de lunes a viernes está enseñando y los fines de semana varían según los diferentes eventos que tenga.
“Siempre es algo nuevo”, admite. Los lugares en donde maneja el sonido pueden ser “un local de diversión nocturna, en una ocasión, y al día siguiente, una iglesia”, comenta.
Leonel admite que el arte le ha permitido disfrutar de lo que ama.
Su trabajo en el Ballet del Ecuador no es solo de shows; también realiza investigaciones del folclor. “Estamos preparando un trabajo sobre la danza peruana”, adelanta.
Pero, ¿qué es la danza para Leonel Beltrán?
“Creo que es la mejor manera que tengo para expresar mi energía. Cuando no bailo, me falta algo”. (I)