La lejía puede dañar el patrimonio cultural
Durante la cuarentena algunos espacios han sido fumigados en la capital. Las sustancias que se usan para esto son el hipoclorito sódico (lejía) y amonio cuaternario, cuyos componentes pueden ser dañinos para el patrimonio.
Los centros culturales, museos, bibliotecas, archivos y zonas arqueológicas –no solo del Centro Histórico– son repositorios de bienes históricos que ahora están cerrados para evitar aglomeraciones.
Y suelen estar sometidos a riesgos antrópicos. Es decir, producidos por la actividad humana. Pero también la omisión de medidas: si un espacio que funciona como repositorio es abandonado, habrá desgaste y deterioro.
El equipo técnico del Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) está teletrabajando durante la emergencia, al igual que el resto de funcionarios de esta entidad, encargada del cuidado de estos bienes.
Hay un Protocolo de Bioseguridad para “el reinicio de las obras, protección de contratistas, consultores, funcionarios y trabajadores”, señaló una fuente del IMP, consultada por EL TELÉGRAFO.
Ese protocolo también será enviado a custodios y propietarios privados de estos bienes culturales.
En algunos inmuebles se “ejecutan las obras y se interviene en el patrimonio cultural”: 30 contratos se reanudarán.
En todo el distrito se han registrado más de 6.000 de estas edificaciones, incluidas iglesias y monasterios. La mayoría de piezas patrimoniales están en manos de religiosos.
El patrimonio no debe limpiarse sin asesoría
Sustancias como la lejía, que se emplean para la sanitización de espacios, interrumpen la conservación de piezas arqueológicas o de gran valor cultural, ha develado el Ministerio de Cultura y Deporte del Gobierno de España.
En Quito se está considerando si se usará ácido hipocloroso, según anuncio del Concejo Metropolitano, pero para transporte, calles y plazas.
“La recomendación es abstenerse de manipular bienes muebles patrimoniales, pinturas, esculturas, retablos, murales”, dicen especialistas del IMP.
El Instituto también advierte que el uso de productos, “a más de afectar el patrimonio podría comprometer la salud”.
Para la limpieza o desinfección de un bien patrimonial se debe contar con la supervisión técnica del equipo restaurador-conservador del IMP.
La limpieza de fachadas de piedra y monumentos ubicados en plazas, especialmente si se realiza de manera constante, debe ser con soluciones hidroalcohólicas solamente.
La recomendación internacional es que estas soluciones sean diluidas (etanol al 70 % en agua) o jabones neutros, aplicados solo a presión baja. (F)
El recorte al presupuesto cultural no afectaría al IMP
El presupuesto asignado al IMP (Instituto Metropolitano de Patrimonio) para 2020 es de $ 27,4 millones. La reasignación de recursos por la emergencia sanitaria debido al covid-19 es una decisión que se toma a nivel de la Administración Central del Municipio de Quito, pero el IMP aún no ha recibido ningún recorte presupuestario, hasta este martes 21 de abril.
“No permitiremos que se descuide al sector de las artes y del patrimonio, y con mayor razón los sectores sensibles que sostienen o son repositorios de la memoria social e histórica”, dijo a este diario el concejal Orlando Núñez, que coordinará el proyecto de reasignación.
La mayoría de museos municipales en Quito está en manos de la Secretaría Metropolitana de Cultura. (I)