Lazos entre Venezuela y el país se ciñen con música
Para los padres de los estudiantes e integrantes de los diferentes ensambles musicales de la Fundación Orquesta Sinfónica Juvenil del Ecuador (Fosje) Guayaquil, es siempre un orgullo reunirse para escuchar a sus hijos, por ello el pasado miércoles la emoción los inundaba cuando presenciaron el regalo que los instrumentistas hacían a otros niños por su día. La nueva generación de la Orquesta Sinfónica Infantil garantizó el lleno total de la Iglesia San Vicente, en el barrio Las Peñas, porque traía la buena nueva de que este elenco ahora tiene un director titular, el joven venezolano Manuel Campos, formado en el sistema de orquestas infanto - juveniles de su país, concebido por el maestro José Antonio Abreu.
Precisamente el sistema nacional de la Fosje, incluso en lo que a canto se refiere, está cimentado en convenios con el de Venezuela. Para los padres fue una alegría y un deleite notar que en el poco tiempo que han trabajado con el director venezolano, ya que él llegó al país hace mes y medio, sus hijos ya tienen un nivel interpretativo que les permite tocar piezas contrastantes como la clásica Hymn to joy, de Beethoven, y la latinoamericana Chamambo, de Manuel Artés. Aunque previo a esa satisfacción, el público congregado en la iglesia comprobó el buen trabajo que realiza el maestro José Criollo, director administrativo de la Fosje Guayaquil, frente al Coro Infantil dividido en sopranos y contraltos; así como el del maestro Leonardo León, profesor de flauta, con el recién creado Ensamble de flautas “Guayaquil”, con 5 estudiantes y 3 músicos invitados.
El coro se despidió cubierto de risas cómplices y aplausos luego de sus interpretaciones de Abecedario, del compositor nacional Gerardo Guevara, Adiemus II, de K. Jenkins, y la danza tradicional El Caramba. Así dieron paso a los flautistas que ofrecieron 7 temas, alcanzando su sonido más redondo o completo en el cuarto, Hungrian Dance, de Johannes Brahms, con arreglos de A. L. Christopherson, y el quinto, Fuga 9, de Astor Piazzola, con arreglos de Javier Montilla. León se retiró con los estudiantes y los invitados Minerva Quintana, María Belén Faytong y Karen Armijos en medio de vítores y sonoros aplausos.
La acústica no pudo ser mejor y aquello permitió que la calidad técnica y expresiva de la Sinfónica Infantil, con el flautista Alberto Abad, integrante también del ensamble “Guayaquil”, en sus filas, brillará. El público, sobre todo los padres, apreciaron la buena mano del director Manuel Campos que en un momento permitió que ellos acompañaran con las palmas a la orquesta guiada por sus 3 percusionistas. Al ritmo de lo que pudo sonar como un cencerro o una campana grande, adultos y niños disfrutaron el festejo musical del Día del Niño, propuesto por la Fosje Guayaquil, especialmente en la interpretación de Chamambo.
Campos se mostró relajado, seguro y muy sonriente con los cumplidos y aplausos del público para una orquesta que apenas se conforma como tal, pero con mucho entusiasmo por crecer.
